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Las chicas de 4

La Razón
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¿Ha pasado tanto tiempo desde que se inauguró la Cuatro? Esa cadena con otro talante. Recuerdo que los chicos y chicas fichados por Prisa se presentaban con un aire de diferencia, como gente más guapa y bien, más guay, más chic, con un aura de elegancia e inteligencia divinas, como si estuvieran un escalón por encima del resto de la chusma. Y allí estaba como tótem el gran Iñaki Gabilondo, como colmo de sabiduría y franqueza, con su cálida voz embaucadora, en el papel de dueño de la razón y la verdad política más verdadera. Pero por desgracia el poderío intelectual no ha podido con las fauces de la barbarie encarnada en la televisión basura, que se ha merendado la exhausta 4 sin necesidad de bicarbonato y limpiándose con un mondadientes sus cabezas más visibles.
La otra noche Wyoming dio cobijo en una entrevista medio lacrimógena a Gabilondo, que asume su defenestración con un indisimulado desconcierto. El antiguo rey de las ondas no sabe si volverá a labores de locutor y prefiere buscarse el futuro en la docencia, trasmitiendo a la juventud sus profundos e impagables conocimientos. Pero lo que más nos interesa es qué va a ser de las chicas de la 4, tan estupendas ellas, a las que Paolo Vasile, con su imagen de perfecto caballero amante de la carnaza en sus cadenas, va a dar el puntapié tratándolas como si fueran chicas de cuarta.
¿Se puede reciclar a Concha García Campoy y ponerla a moderar a gritos tertulias entre famosos de pacotilla? ¿Despojar a Anita García Siñeriz de su imagen sofisticada y fina y colocarla a hacer mohínes ligera de ropa en algún programa de horario infantil? ¿O plantar a Raquel Sánchez Silva en un concurso con más morbo y cochambre que «Pekín Express», que no ve ni su abuela? En cuanto a la maravillosa Paula Vázquez, sí da el perfil de Telecinco, pero me temo que lo suyo tiene signos de venganza. Por ahora, todas a la calle. Y entonces, ¿qué canal de cuarta, o de quinta nos espera?