Bruselas
La mala educación culpable del paro
La UE sostiene que la lucha contra el alto fracaso escolar será el «gran campo de batalla» de nuestro país
BRUSELAS- El abandono escolar se ha convertido en un problema crónico para España. Y ahora también para Europa, porque nuestro país no sólo es el Estado miembro con un mayor porcentaje de escolares que dejan las aulas, tan sólo por detrás de Malta, sino que por su peso en el conjunto de la UE y por la falta de políticas para corregirlo puede impedir que Europa consiga el objetivo de situar los abandonos prematuros por debajo del 10 por ciento en 2020.
Un 31,2 por ciento de los alumnos españoles dejó los estudios obligatorios, muy por encima de la media de los Veintisiete (14,4 por ciento). Según explicó ayer una fuente comunitaria a LA RAZÓN, España será «el gran campo de batalla» para conseguir este objetivo, prioritario para la UE, ya que el peso estadístico español es mucho mayor que el de Malta, que a pesar de que cuenta con un 36,8 por ciento de abandono escolar, su población estudiantil es mucho menor. Además, el mismo experto subraya que España no tiene en marcha, ni tampoco en el horizonte, las reformas necesarias, «el gran cambio», para reducir esta enorme brecha.
La Comisión Europea presentó su informe sobre los cinco objetivos marcados para medir el progreso en el campo de la Educación en 2020. Según explican las mismas fuentes, España ha presentado mejoras «considerables» en la participación de los niños en la guardería o en la comprensión lectora. Sin embargo, el alto índice de abandono escolar es una losa demasiado pesada que España arrastra desde hace tiempo.
La elevada tasa de salidas prematuras del sistema educativo «tiene mucha relación» con las abultadas cifras de desempleo juvenil en España, más de un 43 por ciento, según opinó ayer la comisaria de Educación, Androulla Vassiliou. La atracción por el dinero fácil en la construcción sedujo a miles de jóvenes que, tras la sangría que produjo la crisis en el sector, les ha dejado en el paro, «con la falta de cualidades necesarias y sin el mínimo requerido para encontrar un lugar», añadió la chipriota. Por otro lado, los expertos comunitarios, hablando en condición de anonimato, comentan que España cuenta además con el «desafío» de los ajustes que tiene que aplicar para integrar al gran número de estudiantes inmigrantes. El hundimiento del sector de la construcción en nuestro país puede, por esta razón, reducir a corto plazo el abandono escolar, según explican los funcionarios de la Comisión. No obstante, sin los cambios necesarios impulsados por el Gobierno, «no será suficiente» para reducir a uno de cada diez alumnos el fracaso escolar, desde uno de cada tres que registra hoy.
Los expertos comunitarios ponen como ejemplo a Portugal para marcar el camino a seguir. Aunque en 2009, las cifras más actualizadas y utilizadas para este informe de progreso, los lusos registraron un absentismo escolar idéntico al español, las mismas fuentes comunitarias opinan que el vecino ibérico «ha mejorado mucho» en los últimos años y, sobre todo, tiene un «plan» para solucionar el problema, algo de lo que España de momento carece.
Desde la Comisión, una de las primeras medidas que recomiendan mirando al vecino portugués es modificar la edad legal para la educación obligatoria, un paso que, dicen, ha tenido muy buenos resultados allí. Igualmente, sugieren reforzar el sistema de becas para motivar la conclusión de los estudios obligatorios y dar así el salto al ciclo educativo superior. Por último, también consideran crucial contar con un sistema vocacional bueno, cuidando la motivación de los profesores que sean capaces de romper el círculo vicioso del abandono.
La comisaria Vassiliou subrayó que España no sólo tiene un problema con el abandono escolar, sino también con el «desencaje» entre la formación que ofrecen las universidades y las necesidades del mercado laboral. Este problema, en su opinión, explica la elevada cifra de desempleados entre los titulados universitarios, como también sucede con los jóvenes italianos o malteses.
La eterna reforma
El tirón de orejas que nos dan desde Bruselas está apoyado por los datos. Seis leyes orgánicas de educación en los últimos 25 años que han desembocado en las altas tasas de fracaso escolar; niveles de excelencia académica bajísimos (sólo el 5 por ciento de los alumnos van muy bien en clase); el deterioro de valores como la disciplina, el esfuerzo, y el trabajo; y el aumento de un clima de desorden en las clases, donde le falta autoridad al profesor, que se ve con dificultades para desarrollar sus clases y que sigue sin un estatuto docente que defina su papel. Y no sólo eso, las leyes educativas se han aplicado sin consenso, sin financiación suficiente, y son muchos los que hablan de que en España existen ya 17 sistemas educativos diferentes como consecuencia de la aplicación de la Logse, la norma que realmente ha marcado la educación en España y que condensa el modo socialista de entenderla. Nunca ha habido acuerdo en cómo debe ser la educación en nuestro país. El único momento en la Historia en que los políticos se han puesto de acuerdo fue con la Constitución.
Los jóvenes también se preocupan
Las tasas universitarias, además del desempleo y la falta de oportunidades, han lanzado a la calle a miles de jóvenes en Grecia, Gran Bretaña, Portugal y ahora también en España. La comisaria de Educación de la Unión Europea, Androulla Vassiliou, responsable también de Juventud, mostró ayer su «total simpatía» por las manifestaciones de estos jóvenes en varios Estados miembros, ya que dijo que es «muy comprensible» que protesten si se han quedado fuera del mercado laboral. Estas protestas le sirvieron a la chipriota para subrayar la importancia de la educación, ya que sin ella, aseguró, «su vida está arruinada».
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