Europa

Grecia

Tanta paz lleves

La Razón
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Se va Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, no sin antes decirnos lo que debemos hacer para salir de esta crisis «sistémica». ¿Por qué no habrá aplicado esas recomendaciones durante su mandato? Él, que tan buen servidor ha sido del Banco Central… de Alemania. Ah, claro, será por eso.
Resulta bochornoso el espectáculo que están ofreciendo los líderes (¿?) europeos. Siguen contemplando sus pequeños y mezquinos ombligos electorales mientras dejan que el euro sea pasto de un incendio fiducitario sin precedentes. El euro siempre fue una moneda molesta. En esta recesión, muchos se han propuesto convertirlo en la cabeza de turco. Si el euro cae, el mercado se purificará; el planeta entero respiraría tranquilo; los tiburones, con su botín entre los dientes –los restos expoliados de los PIIGS–, dejarían de incordiar, al menos mientras les durase el proceso de digestión financiera. El coste a pagar por suministrar un calmante al mundo es… ¿pequeño?: hundir a Europa –la Europa periférica, claro– en la miseria absoluta durante décadas. Eso para tratar de conseguir que el resto del mundo salga adelante durante… ¿cuánto tiempo? El necesario para que sin esa Europa –gran consumidora, buen cliente, exigente, acostumbrada a lo bueno…– el resto del planeta se vaya al carajo también. Eso puede ocurrir. No tenemos unos líderes capaces de tomar las decisiones correctas a tiempo: Sarkozy y Merkel –la jefa y el secretario influyente– se reúnen primero. Sus intereses siempre chocan, y no se ponen de acuerdo, así que son absolutamente incapaces de negociar otro acuerdo con el resto de los «líderes» de la zona euro. De pura chiripa, a veces logran juntarse todos. Merkel les dice entonces que blablablá y que los alemanes ya están hartos de pagar por la incompetencia del resto de Europa. De lo que no se queja Merkel es de vender a espuertas productos alemanes a esos «incompetentes» y «vagos» (España, Italia, Grecia, Portugal…) europeos, que son sus primeros compradores y sin los cuales, Alemania se iría al cuerno mañana. Esos incompetentes están tan endeudados, entre otras cosas, porque han tenido que pedir prestado para poder comprar productos alemanes y devolver así los fondos de la UE que recibieron en su día y que algún idiota pensó que eran gratis. Unos créditos que nos daba el señor Trichet, por cierto. Ése que, ahora, «sabe» cómo arreglar esto…
(Jean-Claude: tanta paz lleves como descanso dejas).