Oporto
De Gea el santo rojiblanco
No se ha cumplido un año de su debut oficial con el Atlético de Madrid y David de Gea Quintana (7 noviembre de 1990) se ha convertido en el sucesor de Íker Casillas, con permiso de Reina, Valdés y Diego López, y en el nuevo estandarte del conjunto rojiblanco.
En el Calderón le adoran, hay ya cánticos con su nombre y Vicente del Bosque asegura que está maduro para la Selección, aunque la idea de Fernando Hierro y de los técnicos federativos es que sea el portero en los Juegos Olímpicos de Londres dentro de dos años, si España logra la clasificación.
En dos partidos, frente al Barcelona y al Valencia, David ha demostrado que cada vez está más asentado, que su frialdad, su tranquilidad y sus reflejos le convierten en un portero de alta escuela, que aprende a diario con Emilio Álvarez y que, por ahora, no tiene límites. Sobrio y seguro en la portería, es algo más tímido en las salidas por alto, pese a sobrepasar los ciento noventa centímetros (1,92). Sin embargo, Diego Díaz, ex portero rojiblanco, encargado de enseñar en las categorías inferiores, explicaba ayer en la Cope a José Luis Corrachano que eso es falso. «Lo dice la gente que no tiene idea de fútbol porque David es un portento por alto y en los balones cruzados», comentaba uno de sus maestros, que conoció a De Gea cuando llegó a la disciplina del Atlético de Madrid siendo un mocoso.
Nació en Madrid, pero se ha criado en Illescas (Toledo), de donde sale todos los días para entrenarse en Majadahonda. Su padre le hace de chófer porque hasta hace unos meses no tenía carné de conducir. Y fue en la escuela de Casarrubuelos (Madrid) donde comenzó a destacar. De allí ya se incorporó a la disciplina del Atlético, donde ha pasado por todas las categorías. Hasta ese 30 de septiembre del año pasado en el que debutó en Oporto por lesión de Roberto, ahora en las filas del Benfica.
David nunca olvidará el verano de 2009, porque tuvo un pie fuera del Atlético por culpa de García Pitarch, director deportivo de la entidad, que, después de fichar a Asenjo del Valladolid, estaba dispuesto a desprenderse de él. Siempre en calidad de cedido hubo contactos con el Numancia y el Las Palmas, pero David se mostró reticente a marcharse. A última hora también se sumó el Wigan a la puja, pero no se cerró ninguna operación y se quedó en el Atlético para competir con Asenjo y Roberto.
Abel, paradojas del destino, se inclinó por Asenjo y sólo Santi Denia se atrevió a darle una oportunidad cuando ejerció de interino ante el Mallorca. Con la llegada de Quique las cosas poco a poco fueron cambiando y Asenjo, que tuvo la mala suerte de lesionarse posteriormente, fue al banquillo. Jugó 19 partidos y encajó 28 goles en Liga. Campeón de la Europa Liga y de la Supercopa, ha estado en todas las convocatorias de la selección sub-21.
Tiene contrato hasta 2013 y su cláusula es de 20 millones, aunque otras fuentes aseguran que la mencionada cláusula no existe. A él, cara de despistado y de buena gente, eso no le preocupa. Lo que más le interesa es seguir progresando porque sabe que así llegará su hora, los grandes contratos y la Selección absoluta. No se plantea su futuro y cuando se le explica que el Arsenal y el Manchester United le quieren ni se inmuta. De momento, es el portero titular del Atlético y sigue la estela de los Molina, Abel, Reina y Rodri, aunque a todos los supera.