Dortmund
Trezeguet condena a Álvarez
Diez partidos le dieron la gloria con la clasificación para la Liga de Campeones y la consecución de la Copa del Rey; y los diez partidos de un nuevo proyecto le condenan ahora. Antonio Álvarez se dejó en el Rico Pérez el escaso crédito que le quedaba y ni siquiera la proximidad del desplazamiento a Dortmund, donde el Sevilla, ¡en septiembre!, se juega su continuidad en la Liga Europa, le mantuvo en el cargo.
Trezeguet, con dos goles, ejerció de verdugo en un Hércules que demostró estar más trabajado y saber de verdad a lo que juega. Sus argumentos, por ahora, permiten a Esteban Vigo vivir cómodamente con siete puntos en la zona media-alta de la clasificación.
La primera derrota liguera del Sevilla corroboró los defectos mostrados hasta ahora. El empobrecimiento de la plantilla y las bajas de jugadores importantes no lo son todo. Da la sensación de que hay mimbres para algo más y, antes o después Del Nido cortaría la cabeza al técnico.
Es cierto que el castigo infligido por el Hércules en el primer tiempo quizá fuese excesivo, pero fue la consecuencia a los continuos tumbos en los planteamientos de Álvarez. El cuestionado técnico se permitió el lujo de reservar jugadores pensando en la cita del jueves frente al Borussia y al Hércules le bastó con muy poco para finiquitar el partido.
Un estúpido penalti de Zokora a los veinte minutos adelantó a los blanquiazules después de un esperanzador inicio sevillista, con un activo Acosta. Del mazazo no se recuperaría. Es más, en la segunda llegada de peligro, y gracias a un bullicioso Drenthe, Trezeguet, que había anotado el penalti, hizo el segundo al empujar con la rodilla un balón.
La pobre imagen del primer periodo no provocó reacción alguna. Ni siquiera un cambio esperando no se sabe bien qué. No había ritmo, intensidad y, lo más llamativo, una falta de calidad alarmante. La circulación de la pelota, lentísima, permitía al Hércules replegarse cómodamente y esperar el error para tratar de dar la puntilla a la contra. Ratificada la nulidad ofensiva, el banquillo sevillista reaccionó al fin. Con Negredo y Perotti.
El primero en rozar el gol, en cambio, volvió a ser Trezeguet. Porque Drenthe y Kiko seguían haciendo daño por los costados.Y cada vez que elevaba la presión, el Sevilla era un juguete roto en dos. Superado un primer arreón sin que Calatayud sufriera, Esteban Vigo refrescó el ataque con Portillo y Sendoa. Todo estaba decidido desde mucho antes. Quizá el futuro de Álvarez, también.
Manzano, el relevo
Quizá intuía que era su última rueda de prensa. «Mientras siga, voy a darlo todo. Tengo la conciencia tranquila», comentó Antonio Álvarez, reacio a hablar sobre su futuro tras la quinta derrota en diez partidos. Ignoraba a esas horas que su puesto se volatilizaba. «Tengo la ilusión del primer día y noto el trato de siempre cuando hablo con Del Nido y Monchi», decía. Y mientras hablaba, el presidente se reunía con los consejeros desplazados hasta Alicante.
Habían tomado una decisión, Gregorio Manzano es el relevo y la decisión fue hecha oficial al filo de la medianonoche. Manzano, de quien se dijo que sería el relevo de Jiménez, ha llegado al club unos meses tarde.
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