F.C. Barcelona
El Barça gana con más cantera
Dos. La mitad de cuatro y el doble de uno. Dos fue la diferencia entre los cinco defensas que plantó Kurban Berdyev en la frontal de su área y los tres que puso Guardiola en liza. Ninguna sorpresa la formación tártara después de las confesiones de su técnico en la víspera, y algo novedoso el dibujo azulgrana, entendido por la poca trascendencia que tenía el choque para ellos
Todo lo contrario que el Rubin Kazán, con la clasificación en juego, y al que su rácano planteamiento no le valió para seguir en la Liga de Campeones. No sólo eso, sino que cosechó su primera derrota en cuatro enfrentamientos ante un Barça plagado de suplentes.
Con el trabajo hecho, como se encargó de repetir una y otra vez en la sala de prensa, Guardiola se tomó el partido como un banco de pruebas pensando en futuras situaciones y alineó un 3-4-3 con rombo en el centro del campo. Busquets hizo labores de líbero, flanqueado por Piqué y Fontàs como marcadores. No se equivocaba el de Santpedor al girar un grado más su planteamiento ofensivo ante un ejército de once soldados rusos cuya única misión era no encajar goles.
La defensa de cinco del Rubin se reconvertía a veces incluso en una de seis, según el ataque azulgrana. Porque otra cosa no, pero disciplina sí la tienen los hombres de Berdyev, que elevan el orden a su máxima potencia. Todos sus hombres saben perfectamente qué hacer en cada situación. En banda, cada vez que el Barça generaba superioridad, aparecía un centrocampista para hacer la cobertura al lateral.
Los intentos de Guardiola por hacer pruebas y dar minutos a chicos del filial se esfumaron bien pronto. Jeffren y Bojan se tuvieron que ir al vestuario antes de la media hora de juego por distintas lesiones y el técnico se vio obligado a retocar el equipo y el sistema, que pasó a convertirse en un extraño 4-4-2, con dos mediocentros y dos hombres bien abiertos a las bandas.
Con un dibujo y con otro, el Barcelona era incapaz de mover el balón a la velocidad habitual y los espacios se cerraban en cadena. La noche no acompañaba y el rival tampoco. A pesar de todo, los dos creadores del centro del campo, Jonathan dos Santos y Thiago, cumplieron con creces. Especialmente el hispanobrasileño, al que se le vio intentar muchas cosas por momentos. Era el único capaz de despertar de su sopor a los valientes que se acercaron a ver el encuentro.
Aunque el Rubin Kazán tenía opciones de acceder por primera vez a los octavos de final de la «Champions», el dibujo rácano y ruin de Berdyev, cuyo planteamiento dio a entender que lo único que le preocupaba era mantener su misteriosa aureola de invicto ante los azulgrana, acabó pasándole factura, por fortuna para el fútbol.
El Barça generó muy poco peligro, ya que cada vez que merodeaba el área tártara, el verde de sus camisetas no dejaba ver el horizonte. Unas dificultades que no impidieron al equipo azulgrana abrir la lata, aunque fue ya en la segunda parte. Thiago desequilibró por la banda y, tras un centro fallido, el balón acabó en las botas de Fontàs, extraordinario en los marcajes toda la velada, que estrenó su cuenta goleadora con el primer equipo, eso sí, con la ayuda de un defensa.
El gol permitió a Pep hacer lo que todo el público esperaba y jaleaba. Messi tuvo media hora para intentar sus diabluras, aunque esta vez no logró marcar. Jugó por detrás del delantero, Víctor Vázquez, algo errático durante el partido, que sí aprovechó su única oportunidad y batió a Ryzhikov. El Barça había cumplido y lo único que le falta es conocer a su rival en octavos en el sorteo del día 17.
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