Viena
El estudioso que no tiene contrato
Joachim Löw ya no es el «ayudante de Klinsmann», es el artífice del éxito
Barcelona- Tres son las palabras que Joachim Löw utiliza para mentalizar a sus jugadores antes de los partidos. Tres conceptos que definen su estilo de fútbol: velocidad, ambición y disciplina. Una filosofía muy alemana que ahora se aplica al fútbol con excelentes resultados. Müller, Klose o Schweinsteiger se llevan casi todos los titulares, y al verdadero artífice del éxito de la «mannschaft» le agrada que siga siendo así. Está cómodo en la sombra, en un segundo plano que le da la tranquilidad necesaria para preparar mejor los partidos.
Löw es un trabajador nato. Uno de esos estudiosos del fútbol a los que les gusta controlar hasta el más mínimo detalle. Algo así como un Guardiola germano. También tiene un estilo de vestir, con sus jerseys de cuello en v, que le ha hecho muy popular en su país, donde es un personaje mucho más popular de lo que aparenta en el extranjero.
Aunque al principio le costó, Löw ha conseguido desquitarse de la etiqueta con la que llegó al banquillo alemán, la de «ayudante de Klinsmann». Fue nombrado seleccionador después de que éste abandonara el cargo tras el Mundial de Alemania y después de haber sido durante dos años su adjunto. Muchos le atribuyeron todo el mérito táctico de aquél equipo, unas «acusaciones» qué se han confirmado viendo su trabajo en los últimos cuatro años.
A Löw le gusta atacar. «Es imposible que se repita lo de Italia en 2006, que ganó defendiendo», repite. El técnico ha llevado la simplicidad al extremo, una receta con la que llegó a la final de la Eurocopa de 2008 y, como mínimo, a las semifinales de este Mundial. «Hay que ganar atacando y haciendo la vida difícil a tus rivales», explica.
Löw tiene muy claros sus conceptos tácticos, que evolucionan permanentemente a través del estudio. En sus charlas con los jugadores divide el terreno de juego en 18 rectángulos. Los utiliza para explicar que los futbolistas no pueden correr por donde quieran, ya que siempre debe haber algunos ocupados.
Dos de los nombres propios de Alemania en Suráfrica están siendo Müller y Schweinsteiger, y aquí es justo reconocer que no todo el mérito es de Löw. Ha sido Van Gaal, en el Bayern de Múnich, el que le ha dado la oportunidad a Müller y el que ha quitado a «Schweini» de la banda para colocarlo de medio centro. Pero el seleccionador alemán ha sabido asimilarlo y sacar todo el provecho para beneficio propio.
Löw es una persona discreta y tranquila, y por eso ha dejado aparcada su renovación. De hecho, su contrato con la Federación finaliza el domingo, pero no le preocupa. Por su cabeza sólo pasa la revancha de mañana ante España tras lo sucedido hace dos años en Viena. Pase lo que pase, el éxito le avala y la Federación tendrá que renovarle. Si se venga de «La Roja», el precio lo marcará él.
PalmarésCOMO JUGADORSu carrera transcurrió entre Alemania y Suiza. Comenzó en el Friburgo, club con el que logró sus mejores registros goleadores y al que regresaría en dos ocasiones más, y también militó en el Stuttgart, Eintracht de Frankfurt y Karlsruhe. En la recta final jugó en tres equipos suizos: el Schaffhausen, el Winthertur y el Frauenfeld, en el que compaginó el banquillo con el terreno de juego. COMO TÉCNICOHa entrenado en clubes de Alemania (Stuttgart y Karlsruhe), Turquía (Fenerbahçe y Adanaspor) y Austria (Tirol Innsbruck y Austria de Viena). En la seleccçión llegó como ayudante de Klinsmann en 2004, después de haberse conocido en una escuela de entrenadores, y asumió el cargó de seleccionador en julio de 2006.
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