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Marta tampoco evadió capital

Marta Domínguez, actual subcampeona de Europa de 3.000 metros obstáculos, ha sido absuelta de delito fiscal, el último cargo que tenía pendiente en relación con la Operación Galgo.

Foto: Reuters
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Madrid- El 9 de diciembre de 2010, Marta Domínguez, a quien esperaba en la puerta de su casa una nube de periodistas –«algunos pasaron allí toda la noche», recuerda ella– antes de ir a prestar declaración en las dependencias de la Guardia Civil de Palencia, fue acusada de dopaje, suministro de sustancias prohibidas y blanqueo de capitales. La UCO (Unidad Central Operativa) la vinculó con una red que se dedicaba al tráfico de productos dopantes y se convirtió en «estrella» de la «operación Galgo». Casi un año después, exactamente 342 días más tarde, la jueza Mercedes Pérez Barrios ha sobreseído también, provisionalmente, la última de las acusaciones que pesaban sobre la atleta, el delito fiscal. Tampoco existe. No hubo tráfico, dopaje ni suministro. Nada. Marta Domínguez es inocente.

Después del terremoto informativo de los primeros días, los siguientes al revuelo que terminó en los juzgados de Plaza Castilla con Marta Domínguez tratando de demostrar su inocencia ante la magistrada, LA RAZÓN fue anticipando las lagunas del sumario y avanzó, casi mes a mes, cómo la «operación Galgo» se desintegraba en la persona de Marta. Primero fue desvinculada de la trama, un respiro para ella, en avanzado estado de gestación; luego, la jueza fue desmontando una por una las acusaciones. Resultaba difícil de creer que Marta «trapicheara». La Agencia Española del Medicamento analizó el contenido de un frasco que presuntamente contenía trembolona. Falso. Su señoría advirtió también que con esa ampolla de «oro» se había roto la cadena de custodia por enviarla al laboratorio de Colonia sin su permiso. Anuló después las escuchas telefónicas.

Tampoco prosperó la acusación contra Marta por administrar un tratamiento dopante a Eduardo Polo, un atleta aficionado, de 44 años, que de cuando en cuando entrenaba con ella y que se lesionó un tobillo. Ella le ayudó en la aplicación de un tratamiento de iontoforesis. Por último, según el auto del pasado día 17, procedió a «decretar el sobreseimiento provisional y archivo de las presentes actuaciones respecto al delito fiscal seguido contra Marta Domínguez Azpeleta».

Entre tanto, la magistrada acusó a la Guardia Civil de utilizar pruebas falsas para involucrar a Marta en la «operación Galgo». El asunto está casi cerrado, sólo faltan por resolver las tres apelaciones de la fiscalía contra las decisiones de la jueza, al declarar prácticamente inocente de todo lo que se acusaba a la deportista. Conclusión: ni suministro, ni tráfico ni blanqueo de capitales. Total, una pesadilla, o un timo.

 

En defensa de César Pérez
Marta Domínguez se ha propuesto demostrar también que no se ha dopado, que es falso que César Pérez, su entrenador, elaborara un tratamiento durante 40 días antes de los campeonatos de Europa en Barcelona. Ha reunido documentación suficiente que prueba, asegura su entorno, que no se dopó. Lo que persigue, además, es que César recupere su licencia y vuelva a entrenarla para los Juegos de Londres.