España

Marruecos veta a los periodistas españoles incluso de vacaciones

El régimen marroquí ha dado un paso más en la guerra no declarada contra los medios de comunicación españoles. La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) denunció ayer que desde el pasado día 22 ha entrado en vigor una orden dictada por el Ministerio de Interior según la cual se prohíbe la entrada al país a todo periodista español que no resida en el territorio, sean cuales sean los motivos del viaje.

El rey marroquí recibió al nuevo embajador en España y ex miembro del Frente Polisario, en su Palacio de Rabat el pasado viernes para confirmarle en el puesto
El rey marroquí recibió al nuevo embajador en España y ex miembro del Frente Polisario, en su Palacio de Rabat el pasado viernes para confirmarle en el puestolarazon

La orden, que no ha sido anunciada oficialmente por Rabat, impide el acceso a todo periodista español con independencia de si el motivo de su visita es de carácter personal o profesional. El periodista vallisoletano Guillermo Sanz ha sido el primer informador en sufrir la medida en carne propia. Sanz viajó a Marruecos para pasar unas vacaciones, pero ayer emprendió el camino de vuelta tras ser deportado después de pasar una noche en el aeropuerto de Marrakech, a donde llegó acompañado de su novia y un grupo de amigos, según informó en un comunicado la FAPE.Además, varios periodistas ceutíes intentaron cruzar la frontera marroquí la semana pasada para recoger a familiares y amigos en el aeropuerto de Tánger. También se les impidió la entrada por figurar registrados como periodistas, agrega la nota.

A su vez, las periodistas extremeñas Tania Agúndez y Ana Bornay permanecieron un día retenidas en el aeropuerto marroquí de Marrakech por las autoridades del país tras comprobar su profesión, una estancia que inicialmente era turística y que concluyó el pasado sábado 27, informó a Efe la propia Agúndez. Las autoridades las retuvieron con la afirmación de que era «lo mejor» para ellas, dada la situación del país. Aunque el trato «no fue malo», se les requisaron los pasaportes y se les mantuvo en una sala cerrada con llave.

Discriminación

La FAPE considera que esta orden ministerial constituye «un grave gesto de discriminación impropio de un buen hacer diplomático, además de un injustificado desprecio hacia las personas por motivos profesionales». A su vez, manifiesta en su nota su preocupación por la seguridad de los corresponsales españoles en Casablanca y Rabat, en general, y la de la enviada especial del diario «El Mundo» Ana Romero, en El Aaiún, que al cierre de esta edición también fue expulsada de la capital del Sahara porque su estancia representaba «una amenaza grave para el orden público».

Quizá como un aviso a navegantes en la crisis que enfrenta a la opinión pública española y a Marruecos desde hace tres semanas, Mohamed VI subrayó ayer la «imperiosa necesidad» de que se respeten «la integridad territorial de los países africanos» y criticó las injerencias externas durante un discurso en Trípoli con motivo de la cumbre UE-Africa.

«Marruecos rechaza los intentos de injerencia en los asuntos internos del país, especialmente aquellos que amenazan nuestro continente» y que lo sitúan «en la senda de la inseguridad, de la guerra y de la anarquía», explicó el monarca, que no hizo mención en sus declaraciones a los recientes incidentes registrado en el Sáhara Occidental tras el desalojo del campamento de Gdeim Izik, a las afueras de El Aaiún.

«Toma de rehenes»

Mohamed VI incidió en que la «desestabilización» africana únicamente beneficia a los grupos terroristas de la región, «cada vez más activos». En este sentido, a su juicio, «es indispensable intensificar las acciones conjuntas de lucha contra las amenazas transnacionales, tales como el terrorismo, la piratería, la delincuencia, el tráfico de todo tipo y la toma de rehenes», entre otras. El rey alauí dijo seguir «con inquietud» las últimas acciones terroristas en la zona del Sáhara y el Sahel.

Sobre el terreno, al menos 23 jóvenes resultaron heridos en un enfrentamiento entre estudiantes saharauis y pro marroquíes en el instituto Mulay Rachid de la ciudad de Smara, en el Sahara Occidental, según fuentes oficiales.