Barcelona
Alejandro Blanco: «Los Juegos Olímpicos no son un derroche»
Con firma propia:Profesión: presidente del Comité Olímpico Español. Licenciado en Ciencias Físicas. Judoka. Nació: en 1950, en Orense. Por qué está aquí: es el presidente de la candidatura Olímpica Madrid 2020.
–Presidente de la candidatura Madrid 2020. ¿Dónde espera estar ese año?
–Espero estar viendo los Juegos en Madrid.
–¿Y cómo estará el mundo en 2020, con la que está cayendo?
–Espero que mejor que ahora, pero creo que para mejorar la economía primero hay que mejorar a las personas.
–Hay quien piensa que organizar ahora unos Juegos es un derroche...
–Los Juegos Olímpicos nunca son un derroche, son inversión. Está demostrado que no se pierde dinero. Ahí está, bien cerca, Barcelona 92.
–¿Cree que está el horno para esos bollos?
–Hay que explicarlo bien. Si lo explicas bien, todos lo acaban entendiendo.
–Dígame eso tan bonito de que el espíritu olímpico ayuda a salir de la crisis...
–Es así sin duda. Y lo es porque propaga valores: trabajo, sacrificio, respeto, disciplina... Sobre todo, que el éxito viene después del esfuerzo.
–La sociedad pide hoy éxito sin esfuerzo...
–No existe, salvo que salgas en la televisión. Lo peor que enseña ésta es que se puede tener éxito sin nada detrás.
–No sé si le gustaría ser ministro...
–No. Nunca entraré en política ni me afiliaré a ningún partido. Estoy satisfecho con lo que soy.
–Respalda a Marta Domínguez para que esté en Londres...
–Sin duda. Con ella se ha cometido un error difícilmente reparable. Un error que se convirtió en horror.
–¿Y qué me dice de Alberto Contador?
–No se ha dopado, seguro. Dio 50 picogramos de clembuterol, y ahora los expertos estudian considerar dopaje a partir de los 300 picogramos.
–Lo suyo ha sido siempre el judo. ¿Qué llave merecen los culpables de la crisis?
–Sólo creo en una llave: convencimiento y diálogo. La violencia no resuelve nada.
–Es cinturón negro séptimo Dan. Impone respeto cuando lo dice, ¿no?
–No creo. Soy pacífico y se me nota. Llegué al judo por su filosofía. Se resume en una frase: ceder para vencer.
–No parece aplicable en una campaña electoral...
–En ese tiempo los políticos se permiten decir cosas que no se permitirían fuera de la campaña, o sea, en la vida real.
–«Las promesas se hacen para no cumplirlas». (Tierno Galván)