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Monti abre la puerta a un posible segundo mandato

Aceptaría dirigir un Gobierno en «circunstancias especiales»

La Razón
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Admirado dentro y fuera de Italia, Mario Monti admitió por primera vez ayer en Nueva York que estaría dispuesto a repetir como jefe de Gobierno si se produjeran unas «circunstancia especiales». Es decir, en el caso de que tras las elecciones previstas para la próxima primavera ningún candidato lograra los apoyos suficientes para presidir el nuevo Gobierno.
Durante una conferencia en el Council On Foreign Relations, el primer ministro italiano reiteró que «no me presentaré a las elecciones», pero admitió a continuación que «estaré ahí, y si surgieran después de las elecciones circunstancias en las que pudiera ser de ayuda, no excluyo nada».

El tecnócrata que se hizo cargo del Gobierno en noviembre de 2011 tras la dimisión de Silvio Berlusconi, consideró, no obstante, que «no preveo que vaya a ser necesaria una segunda ocasión». «Me convertí en primer ministro en las condiciones menos deseables para convencer a los demás, porque todos nos observaban con mucho miedo. Podíamos haber provocado una explosión», explicó el economista de 69 años. En un entrevista concedida el miércoles a la CNN, Monti consideró que «es importante que el juego político se reanude en Italia, espero que con un mayor grado de responsabilidad y madurez».

Frente a una clase política desacreditada por los escándalos de corrupción y los abusos de poder, Monti inauguró hace un año una nueva forma de hacer política a la que los italianos no estaban acostumbrados. Consciente de la situación crítica en la que se encontraba el país transalpino, «Il Professore» puso en marcha un decidido programa de reformas. Con el apoyo parlamentario de los grandes partidos, el Gobierno tecnócrata se ganó rápidamente la admiración de sus vecinos europeos, especialmente de la canciller Angela Merkel, y la confianza de los mercados. «Soy un italiano raro, muy contaminado por el gusto alemán por la disciplina y el orden, no quiero que los países se vuelvan en contra de esa disciplina, en contra de Alemania, y esto está pasando en algunos países del sur de Europa», reconoció ayer en Nueva York.

Pese a las impopulares medidas adoptadas por el Gobierno, un 37% de los italianos vería con buenos ojos su permanencia al frente del Ejecutivo, frente a un 24,7% que se decanta por Pierluigi Bersani –el líder del centro izquierdista Partido Demócrata–, y un 13,5% que querría la vuelta de Berlusconi. Incluso «Il Cavaliere», que aún no ha deshojado la margarita de su posible regreso, alabó en una reciente entrevista las virtudes de Monti como candidato electoral. ¿Piropo sincero o dardo envenenado?

Su segunda opción
Los partidarios de que Monti permanezca en la vida política italiana una vez que abandone el Palacio Chigi hablan abiertamente de que «Il Professore» sería el hombre perfecto para suceder al presidente de la República, Giorgio Napolitano, cuando éste concluya su mandato el 15 de mayo. Su popularidad entre los partidos mayoritarios le garantizaría su elección en el Parlamento. Desde el Quirinal, Monti podría velar por la marcha de la reformas que él inició.