Alemania teme a Pirlo

Por juego, por lo visto hasta ahora en el campeonato, Alemania ha sido mejor que Italia. Los germanos han demostrado más solvencia en el juego, han resuelto los partidos con autoridad y se han ganado el papel de finalistas. Sin embargo, ayer había muchas precauciones en la concentración germana, ya que no se fían de Italia. Consideran que Prandelli les ha cambiado la cultura futbolística y les preocupa el gran momento de Pirlo, un veterano que sabe cómo mover los hilos del equipo en partidos de alta competición.

El temor a Pirlo y una mirada al pasado, en donde los italianos siempre salen ganadores –valga como ejemplo la final del Mundial de España en 1982, en el día que Sandro Pertini, presidente de la República, rompió el protocolo y literalmente saltó con los goles de los suyos–, hace que en el cuartel general de Löw impere la prudencia. El técnico, de todos modos, cree en su equipo. «Debemos tratar de imponer nuestro ritmo de juego y creo que seremos capaces de hacerlo. Hace seis años, Alemania era un equipo bastante joven y tal vez no tenía la madurez suficiente para hacer frente a un partido así. Incluso Italia ha cambiado desde entonces, no sólo defiende. También trata de hacer su juego. Han cambiado su cultura futbolística y están haciendo buen fútbol», comentó el seleccionador germano en su comparecencia.

Y Low hace un análisis de algunos jugadores italianos. «Llegan muy bien con Cassano y Balotelli. Luego tienen un jugador muy elegante, que es Pirlo. Él es el sustento táctico, quien crea las ideas y dirige el juego. Tenemos que molestar a estos jugadores y pensar cómo podemos hacerlo mejor que ellos en el centro del campo. Luego, nosotros debemos llevar nuestro ritmo de partido». Son las claves tácticas que explica Löw, convencido de que Italia ha hecho méritos para «estar entre las cuatro mejores».

De los cuatro partidos que han jugado las dos selecciones, Alemania los ha ganado todos, mientras que Italia sólo venció en uno y empató ante España, Croacia e Inglaterra. Solvencia contra dificultades porque a los transalpinos les falta gol por mucho que Löw alabe a Balotelli y Cassano. En cambio, los alemanes tienen donde elegir. Su artillería es pesada y ahí están Mario Gómez y Klose para demostrarlo, con el añadido del supervalorado Podolski, un jugador que no es de talla mundial. La alineación es, de todas formas, una incógnita que resolverá el seleccionador a última hora.

En Italia, recuperados De Rossi, Abate y Chiellini parece que Prandelli jugará con el clásico 4-3-1-2. El engache Montolivo, de madre alemana, lleva tatuada la bandera germana en uno de sus tobillos, asegura que «me siento un poco alemán, pero todavía tiro el penalti». Un penalti, el de Pirlo, ha dado la vuelta al mundo y ha convertido al «reggista» italiano en el jugador de moda.

Y es que en torno a él gravita el juego. Lleva un campeonato de lujo: 390 minutos, un gol, al margen del de los once metros, tres disparos, dos pases de gol, 300 pases y 14 ocasiones creadas. Su rival, Schweinsteiger, ha jugado 360 minutos, ha dado dos pases de gol, ha creado cinco ocasiones y su total de pases alcanzan los 341. El duelo entre ellos se presenta clave en un partido en donde Alemania querrá acabar con su maldición italiana.

Schweinsteiger, generación 2005
Para el centrocampista del Bayern, la selección ha seguido una trayectoria ascendente desde hace siete años. En ellos, alcanzó la semifinal del Mundial de Alemania 2006, la final de la Eurocopa de 2008 y la semifinal del Mundial de Suráfrica 2010. Por el camino, se cruzaron Italia primero y España en las dos siguientes ocasiones. Ahora, es el momento del conjunto germano, según comentó: «Es importante mejorar siempre y mantener una curva ascendente que llevamos durante un tiempo. Todavía no tenemos un título, pero va a llegar».