La fama le precedía, ya no. Todo lo que toca Fabio Capello lo convierte en oro, ya no. Inglaterra partía entre las favoritas del Mundial, dada la calidad (?) de sus jugadores y la flor de su técnico; pero ha seguido las huellas de Italia y Francia, las otras campeonas derrotadas, sólo un partido después. Su eliminación ha sido cruel, como una revancha del 66. Entonces, el árbitro concedió a Geoff Hurst un gol que no fue y Wembley estalló de gozo con el 4-2 final. 44 años después, Lampard, con 2-1 en el marcador, logró un tanto que sí fue, como el de Míchel contra Brasil en el 86, y Larrionda, como aquel jodido Bambridge, no lo concedió. Alemania venció 4-1, tanteo inobjetable, y los tabloides ingleses, a partir de ahora, en ausencia de «Calamity» James o «Calamity» Green, de Steven Gerrard, Asnley Cole, Johnson o Wayne Rooney, harán picadillo a Capello, el mito caído, y le pedirán que devuelva los 7,5 millones de euros que le pagan al año. O eso, o el ventajista recurso de Sara Carbonero.

LA JIMMY JUMP INGLESAInglaterra perdió ayer 4-1 ante Alemania y se marcha del Mundial. Y esta aficionada inglesa debió pensar que si Jimmy Jump hizo historia colándose en Eurovisión, ¿por qué yo no recorro, en señal de protesta, el césped donde el árbitro nos tangó un gol?