Hablando en plata: «Jack y su gemela» es mucho peor película que «Torrente 4», y, con todo, podría haber sido nominada por la Academia de Hollywood en el apartado, no sé, de mejor maquillaje, si la taquilla hubiera respondido, que tampoco fue para tirar cohetes. Se trata de una manera de «premiar», no sólo a los grandes y a los medianos, también a ese cine comercial tan necesario para la industria. Que lo ganase ya es otro cantar. De ahí el lógico cabreo de Segura cuando habla de los Goya, cuyos miembros otra vez han «olvidado» nominar su cinta en algún apartado, siquiera técnico. Y aunque haya filmes que optan a un potosí de cabezones de factura y resultados menores. Dicho lo cual, poco hay salvable en una cinta que echa mano, y van, del actor «travestido» (con un Sandler demasiado soso de señora) y a la que le cuesta horrores provocar una tímida sonrisilla. Ni la presencia de un autoparódico Al Pacino, ni este Duardo que de manera salvajemente torrentiana interpreta el español (ni hablar de la diluida interpretación de la señora Crusie) logran animar un cotarro demasiado insípido. Y tan pesado, en fin, como el trasero postizo de la ínclita hermanita...