Los Ángeles
Hayao Miyazakite da alas
Estrena «El viento se levanta», basada en la vida de Jiro Horikoshi, el hombre que diseñó varios de los cazas japoneses durante la Segunda Guerra Mundial y que sufrió desde niño ser corto de vista
Hayao Miyazaki es por excelencia el director de anime más aclamado. Su carrera se ha expandido a lo largo de seis décadas durante cuyo transcurso creó junto a su socio Isao Tkahata el famoso estudio de animación Ghibli donde se han originado la mayor parte de sus filmes no sólo como director, sino también en calidad de productor. Desde que se estrenara como cineasta con «El castillo de Cagliostro» en 1979 tanto sus películas como su persona han sido foco de la veneración de críticos, público y miembros del gremio de la animación. «Nausicaä del Valle del Viento» (1984) fue su primer filme bajo su compañía Ghibli. Sus títulos combinan siempre la tensión existente entre una vida simple y sencilla y la velocidad tecnológica que se impone sin tregua a nuestra cotidianeidad. Precisamente esta dicotomía se muestra con un toque malévolo en «La princesa Mononoke» (1997) y continúa en cierta forma con «El viaje de Chihiro», con la que el director japonés ganó el Oscar en 2002 a la mejor película de animación.
Retirada anunciada
Vuelve a reincidir en esta temática en su última película, «El viento se levanta», basada en la vida de Jiro Horikoshi, un ingeniero aeronáutico que diseñó el avión Zero utilizado por Japón en la Segunda Guerra Mundial. Esta cinta es, sin duda, la culminación de la carrera de Miyazaki cerrando el ciclo de una filmografía llena de esplendor. Según ha afirmado el director, este filme pone fin a su trayectoria en el mundo de la animación. Cierto es que ya anunció con anterioridad su retirada, pero en esta ocasión las circunstancias parecen constatar que será para siempre. Miyazaki es de una generación en la que el papel y el lápiz son la esencia de su destreza como animador. La tecnología de la industria hoy en día deja poco espacio para los artesanos y él es, ante todo, uno de ellos.
A pesar de que ninguna de sus producciones ha recaudado más de 15 millones de dólares en EE UU (sólo «Arrietty y el mundo de los diminutos», producida por él, ha llegado a 19), sus devotos seguidores sobre todo en el mundo de la animación lo tienen como una de los grandes referentes de la industria. John Lasseter, uno de los ejecutivos de Pixar, solía mostrar las películas de Miyazaki a sus empleados para que aprendieran de la belleza de sus paisajes y su ambientación. De hecho, Michael Arndt, guionista de «Toy Story 3», hizo un homenaje al director japonés introduciendo al Totoro protagonista de «Mi vecino Totoro» como el peluche de Bonnie.
Miyazaki, precavido, no quiso dar el visto bueno para permitir el uso de Totoro en el largometraje norteamericano hasta una visita que hizo al estudio en San Francisco. Al final aceptó, lo que supuso que por primera vez uno de los personajes del director se volcara en 3D.
Al Jean, productor ejecutivo de la veterana serie de animación «Los Simpsons» llevaba más de diez años intentando hacer un homenaje al director japonés, algo que finalmente pudo llevar a cabo recientemente. Miyazaki afirma no haber visto el capítulo. Según Jean, lo más destacable de Miyazaki es el diseño impecable de los personajes, un anhelo que todos los dibujantes del mundo desearían lograr con facilidad.
Mantener este nivel de perfección en sus creaciones obligó al director a imponerse un riguroso horario durante toda su carrera, acercándose a las doce horas diarias de trabajo. Miyazaki es conocido por dibujar él mismo el «storyboard» inicial de todos sus filmes. Algo totalmente anómalo en el proceso actual de cualquier película animado, donde la colaboración y el reparto de trabajo entre artistas es lo establecido. De esta manera, puede presumir de que cada «frame» de sus obras está supervisado por él mismo, y, si no puede comunicar verbalmente la visión que tiene a sus artistas, él mismo vuelve a coger el lápiz y el papel y se pone manos a la obra para darle el toque final.
Estética más realista
En «El viento se levanta», donde traza la trayectoria de este célebre ingeniero aeronáutico que tuvo el handicap de ser corto de vista desde niño, complica aún más el proceso al adoptar una estética muy realista a diferencia del «look» más fantasioso de sus películas anteriores como «La princesa Mononoke» (1994) o «El castillo ambulante» (2004).
El filme, que entró a formar parte de los nominados a la mejor película de animación el pasado febrero, no consiguió esta vez llevarse la estatuilla. Quizá su fuerte mensaje pacifista, más destinado a adultos que a niños, fuera la clave para que finalmente los académicos de Hollywood optaran por «Frozen, el reino de hielo» de Disney. La aparición de ocho escenas donde los personajes fuman creó cierta controversia para el estreno en EE UU, lugar en el que los filmes de animación son básicamente engendrados para consumo infantil. También tuvo que soportar en su momento en Japón las críticas del conservadurismo más reaccionario, que acusaron al director de antipatriota.