Paz Padilla: de la amarga procesión al alegre carnaval

La procesión va por dentro, y ni disfrazarse en carnaval consigue mitigar el dolor causado por su despido de Mediaset. Paz Padilla intenta engañarse a sí misma intentando ocultar sus penas bajo el disfraz carnavalero. Nadie se cree que su alegría fiestera supere la desgracia de quedarse sin su trabajo televisivo.

Paz intenta reinventarse, volcada en el teatro y en su familia, los mayores apoyos en estos momentos tan difíciles. En “Sálvame” ha dejado algún amigo y unos cuantos enemigos. No todos le reían las gracias. Iba de sobrada…

Un miembro del equipo del programa vespertino recuerda que “a veces, Paz pecaba de prepotente, se creía la reina del plató, se comportaba de una manera poco amable y arisca. Sus bromas en directo ya cansaban…”

Esta impresión no es nueva, y hace tiempo que se rumorea ha que la presentadora es demasiado altiva, que tras su perenne sonrisa se esconde un carácter un tanto fuerte.

Mientras redecora su vida y espera ofertas de otras cadenas de televisión, porque ella no quiere olvidarse del medio, sigue con su gira teatral con su monólogo “El humor de mi vida”, una obra autobiográfica en la que expone sus pensamientos durante la fatídica enfermedad que llevó a la muerte a su marido.

Ahora nos enteramos también de que Padilla se siente muy dolida porque son muy pocos los compañeros de Mediaset que se han interesado por su estado de ánimo tras su fulminante despido. Esa falta de apoyos le está afectando demasiado.

Disfrazarse fue una forma de evadirse por un raro de los problemas, fueron sus hermanos los que le convencieron de que levantara el ánimo disfrutando de los carnavales gaditanos, su tierra chica, esa en la que siempre encuentra sus mejores momentos.