Vida personal
El lado más íntimo de Teresa Ribera: popera, colchonera y aficionada a los collares
A pesar de sus reservas, su nombre ha emergido con la fuerza del lodazal valenciano
Teresa Ribera llegó al Gobierno de España como la sabia climática, pero no pudo vaticinar una DANA de tal calibre que incluso después de amainar las consecuencias siguen multiplicándose. Su refugio durante este tiempo en el que no ha dado explicaciones ha sido una pecera de cristal que deja a la vista las vergüenzas de esta madrileña de 55 años que aspira a ser elegida el martes vicepresidenta de la Comisión Europea, una posibilidad que ya ha descartado el Partido Popular tras su gestión de la DANA. "Lo que no nos vale para España, no nos vale para Europa".
Hasta ahora, la figura de la vicepresidenta y ministra de Transición ecológica había quedado ensombrecida por la omnipresencia de Pedro Sánchez, pero su llamativo silencio en esta crisis, pese a tener bajo su mando la Confederación Hidrográfica del Júcar, que debería haber alertado a la Generalitat valenciana de los peligros, y la AEMET, le ha cedido un protagonismo que jamás habría esperado.
¿Qué se conoce de ella? De su carácter acerado deja constancia en sus intervenciones y fue su principal arma en el debate televisivo frente a Dolors Montserrat e Irene Montero, negándose a responder sobre el conflicto en Gaza. Es la mayor de los cinco hermanos nacidos del matrimonio formado por el impulsor de la geriatría moderna, José Manuel Ribera, y Teresa Rodríguez, profesora de Filosofía y fundadora de la revista Tiempos de paz. De ellos les viene la vocación ecologista y el compromiso con el socialismo. Está casada con Mariano Gacigalupo, consejero de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, y es madre de tres hijas. Vive en la periferia de Madrid y es amante de la cocina, la música clásica y la naturaleza.
Hoy son sus pilares. En una entrevista publicada por el PSOE, con motivo de su candidatura como cabeza de lista en las últimas Europeas, manifestaba que si su partido ganaba los comicios la primera llamada sería, seguramente, a su familia. "A los que más cerca están de mí siempre: mi padre, mi madre (profesora muchos años en la Institución Libre de Enseñanza), mis hijas y mi marido".
En la misma entrevista confesó que le gusta el pop rock, especialmente Los Secretos, y mencionó a Almudena Grandes como una de sus escritoras favoritas. "No sólo porque era una gran escritora, un ejemplo de feminismo y de compromiso social. Y además del Atleti, como yo. Fundamentalmente, porque sus novelas nos reconcilian con lo mejor que tenemos como seres humanos".
Se licenció en Derecho en 1992 por la Universidad Complutense de Madrid y, antes de llegar al Gobierno de España, ejerció la docencia en la Autónoma de Madrid, además de desempeñar cargos ejecutivos en el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), con sede en París. Su radicalismo en las propuestas ecológicas trae de cabeza a los sectores agrícolas y ganaderos.
La sobriedad de sus estilismos, solo rota por algunos collares de tamaño XL, responde a esa personalidad contenida. Fue muy comentado por los analistas de imagen su conjunto de chaqueta y pantalón escogido el pasado 12 de octubre para celebrar el Día de la Hispanidad. Según el veredicto, no era el más acertado para el besamanos que tuvo lugar en el Palacio Real, en el que los 1.400 invitados se vistieron con sus mejores galas.
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