El diario de Amilibia: Ojito, Feijóo, con el mal de ojo

Hace muchas columnas ya avisté al Apolo de la Moncloa como presunto gafe: la pandemia, la tormenta Filomena, el volcán de La Palma, las olas de calor…Ahora, con la DANA que se fue y la que viene, y las trompetas apocalípticas anunciando la galopada de los cuatro jinetes, se vuelve a hablar del asunto y Javier de Antonio titula su artículo “El gafe que persigue al gafe”. En el caso del presi, es indudable que nos encontramos ante un cenizo de los que tan solo provocan males a los ajenos y nunca se perjudican a sí mismos. En el Gijón teníamos prohibido pronunciar el nombre de cierto escritor, reconocido gafe entre los gafes: contaban que por solo decir su nombre podía atropellarnos un autobús nada más salir del café.

Ahora que el Apolo luce limpio del barro de Paiporta, dispuesto a volar a Azerbaiyán, curado ya del duro apaleamiento propinado por la División Azul que por un ratito extendió la II Guerra Mundial a Valencia, cuentan que los siervos monclovitas se vuelcan en las redes para desagraviar al Amado Líder de los ataques de la derechona: para ellos, Él se ha convertido en el Héroe que Surgió del Fango frente a la inoperancia de Mazón, al que pretenden quemar antes las Fallas. Para las manifestaciones callejeras cuentan con el apoyo de los boches nacionalistas que ansían extender su imperio a Valencia. El gafe del Apolo no va con ellos. La fachosfera tendrá que recurrir a la tía monja de Feijóo o invocar a las meigas de Fraga cuando hacía queimadas para evitar que la próxima DANA afecte aún más a Génova. Leo: “Sánchez y Feijóo no cruzan palabra”. Mucho mejor para el gallego: después de la operación de la vista, debe tener mucho cuidado con el mal de ojo.