La crónica de Amilibia: ¡Que se peguen, que se peguen!

Irene Montero ha publicado libro. Más adelante nos bendecirá con algunos más, porque gusta del adoctrinamiento y además seguro que, como el Apolo de la Moncloa, siempre tiene a mano a algún evangelista que se lo escriba. Se titula "Algo habremos hecho". En el País Vasco, el sector abertzale/comunista, hoy coleguita de Irene, señalaba a la víctima aún tumbada en el suelo: "Algo habrá hecho", o sea, que te digo sin que me tiemble la boina que si estás muerto es porque te lo has buscado. El título, pues, puede significar aceptación de culpa o alabanza del trabajo propio. Lo de Irene irá más bien por lo segundo. Su escasa autocrítica subyace en el reconocimiento de que "nombrar vicepresidenta a Yolanda Díaz fue el mayor error de Podemos". Y añade que "multiplicó la agresividad de los golpes de Sánchez a Podemos".

La Yoli, que pasó de multiplicar a sumar (ahora está en restar y dividir, va a por nota en mates), se ha visto transfigurada por Irene en una especie de Ilia Topuria, en una fiera corrupia que reparte leches como Pascual. En el circo nacional ya gritan ¡que se peguen, que se peguen!, y hacen apuestas. Cómo gustaría una pelea entre la Lince Rubia Gallega y la Lobezna Roja de Galapagar. Pero los analistas no creen que lleguen a tanto; se odiarán, pero no se flagelarán hasta la sangre ni llegarán a la lucha libre en el barro, tan actual. Además, Pablo clama desde sus púlpitos por la unión del rojerío y su devota Irene llama a la izquierda a ponerse en pie. "En pie, flechas de España/, falange victoriosa…"

Marisú ha impedido la rebaja del IVA en las peluquerías, algo que la Yoli no le va a perdonar nunca. Tampoco pelearán: la vicetiple no puede desgastarse en tantos frentes.