Las confesiones
Paula Vázquez: "Todo el equipo está enamorado de Rocío Carrasco"
Al frente de 'Bake off: Famosos al horno' en TVE, se muestra satisfecha en su regreso a la televisión pública y habla de su fichaje estrella
Lleva tantos años cotizados en primera línea que, según a qué franja de edad preguntes, recuerdan a Paula Vázquez (Ferrol, 1974) en un escenario. Desde los 90, como uno de los talentos que Chicho Ibáñez Serrador descubrió en el «Un, dos, tres», al «Juego del Euromillón» o en el bombazo de «Fama, a bailar». El caso es que, más de tres décadas después de que su padre la llevara a sus primeros casting, la ferrolana se ha vuelto a hacer fuerte en TVE. Tras veranear con «El puente de las mentiras», ahora se ha rodeado de VIPs en «Bake off: Famosos al horno», con Rocío Carrasco o Ana Boyer entre las reposteras que endulzan la noche de los lunes en La 1.
Catorce celebrities compiten por ser el mejor pastelero/a y TVE ha servido ya dos programas. ¿Le preocupa que vaya subiendo en expectación o ya está satisfecha con la elección de los ingredientes?
Muy satisfecha con la elección de ingredientes, que nos acompañe la audiencia sería la guinda de la tarta.
Ana Boyer descubre su embarazo en el concurso. ¿Ha habido antojos o esos los están teniendo otros compañeros?
Ana está demostrando ser una compañera impecable, jamás se le escucha quejarse, ni siquiera pedir un descanso. Es trabajadora, constante y muy delicada en su ejecución. Es un placer contar con ella.
A Rocío Carrasco la define como «muy maternal»... ¿Haciendo un casting han encontrado una familia?
Eso es algo que se suele decir mucho en nuestra profesión. En este caso te diré que todo el equipo del programa está enamorado de ella, por su manera de ser y lo fácil que lo está poniendo. A veces, Rocío se perjudica por ayudar al resto.
Presentó en verano «El puente de las mentiras» y ahora continúa con «Bake off». ¿Es el regreso a la pequeña pantalla que imaginaba?
La acogida ha sido fantástica, no puedo pedir más. Me siento querida y valorada.
¿Haber sido azafata con Chicho es como hacer el camino de Santiago desde Sarriá o lo difícil es mantenerse?
Haber sido azafata con Chicho ha sido la mejor de las escuelas, pasan los años y sigo poniendo en práctica lo que Chicho me enseñó. Su generosidad no tenía límites.
Es de la escuela de aquella televisión que enseñaba a mirar a cámara, a conectar con el espectador. ¿Qué consejo le daría a los nuevos presentadores?
Cada uno tiene que encontrar la fórmula que mejor encaje con su personalidad.
Durante estas tres décadas, ¿le han ofrecido participar en un talent o en un reality o nunca pasaría al «otro lado»?
Nunca me lo han ofrecido. No he tenido que verme en esa deliberación.
Estando fuera de la tele, hizo de Twitter su altavoz y eso asegura que no le benefició profesionalmente. ¿Se acabó lo de meterse hasta la cocina?
Al menos públicamente.
¿Qué le endulza la vida y qué se la amarga?
Me endulza la vida estar rodeada de mi gente, gente generosa que evoluciona. Me amargan los egoístas, aquellos que no saben valorar la bondad del otro.
¿En qué se siente gallega y qué se le ha pegado de Cataluña, donde se mudó con 13 años?
Mi raíces son gallegas y mi corazón también. Siento morriña cada día de mi vida. El olor a salitre, a empanada, a lumbre, a campo húmedo por la mañana…Creo que mi cabeza es en muchas ocasiones catalana, Cataluña me dio la oportunidad de convertirme en lo que soñaba, me abrió las puertas al mundo del entretenimiento, me enseñó a hacer oficio. Me dio confianza y un futuro. Una lengua nueva, además de la materna. Me he sentido querida y apreciada en ambos sitios.
Fue una de las primeras famosas en reconocer que había sufrido depresión e iba a terapia. Estos días, el caso del jugador de baloncesto Ricky Rubio ha vuelto a poner el tema sobre la mesa. ¿Cómo cree que se ataja esta otra pandemia?
Hablando del tema, en el trabajo, con los familiares, con los amigos... Hablando, hablando y hablando.
Este 2024 cumple 50. ¿Con qué frase resumiría su vida?
¡Quién me lo iba a decir!