¡Felicidades!
José Ortega Cano, a los 70: el hombre intranquilo de las mil vidas y negocios
Torero, padre, viudo, separado y protagonista de polémicas, llega a septuagenario dedicado a la familia y a sus negocios.
José Ortega Cano se convierte hoy en un septuagenario con mil vidas vividas en una sola. Lo celebrará con una comida, como ya es costumbre, con toda la familia. Su vida es la de un hombre inquieto que lucha por mantenerse en forma y llevar una vida activa. Es una persona de costumbres. Todas las mañanas, después de que su hijo se marche al colegio, coge la bicicleta eléctrica y monta durante una hora.
El médico le recomendó ejercicio para mantener a raya esas arritmias que le daban desde hace años y lo lleva a rajatabla. Llueva o haga sol. Entre medias, una parada en la cafetería de la urbanización donde se toma un café y conversa con algún vecino que le conoce y con el que departe de forma afable. Su vida es la de un hombre tranquilo, después de años de copar titulares. El último torbellino llegó con la separación de su segunda mujer, Ana María Aldón, en octubre de 2022. Su final no fue el mejor. Con ella mantiene un trato correcto, sin más, por el bien de su hijo, José María.
La pareja tiene la custodia compartida. A semanas alternas. Las tardes son para cruzar Madrid hasta la plaza Elíptica donde el joven, que entró hace un año en los alevines del Atlético de Madrid, entrena todas las semanas. Las mañanas las aprovecha para ir al banco, casi a diario, y para centrarse en sus quehaceres, que ahora pasan por apoderar al novillero cacereño Julio Méndez, al que unió su destino hace unos meses.
Al margen del toro, su gran pasión, tiene tras de sí una larga lista de negocios de lo más variopinto. Si algo ha aprendido el diestro de Cartagena en los negocios es a no poner todos los huevos en la misma cesta. Por ello, Ortega Cano ha invertido en diversidad de ellos, desde el ladrillo hasta la restauración, pasando por la organización de espectáculos, la venta de coches o la creación de una escuela de adiestramiento canino. Todo a través de sociedades con desigual fortuna. Orteunion Espectáculos, de la que es administrador único, está radicada en Benidorm y se dedica al desarrollo de actividades artísticas y organización de espectáculos. O se dedicaba. La empresa no presenta actividad desde 2017, cuando declaró deudas cercanas al millón de euros. La sociedad está apercibida por un posible cierre de la hoja registral desde enero de 2021 por incumplir sus obligaciones contables.
Ortega Cano figura también como titular de Chipigena SL, creada en 1995 y dedicada a la producción agrícola y ganadera. La empresa servía al diestro para gestionar sus explotaciones agropecuarias en Sevilla. Sus últimas cuentas presentadas datan de 2016. En ellas la empresa declaraba activos por valor de 74.758 euros, pero ni un solo euro de facturación. Tanto es así que el registro mercantil le echó el cierre el pasado 28 de noviembre. Ortega es también dueño de Barsema SL, dedicada al sector de las materias primas y el cultivo de árboles, arbustos frutales y frutos secos. La sociedad, de la que es accionista mayoritario y administrador único, se movía en 2016, el último año de la que se tienen registros contables, en las procelosas aguas de los números rojos. Tras unos años irregulares, perdió ese ejercicio 292.192 euros, pese a tener activos por valor de 4,9 millones.
Una bocanada de aire fresco
Una rara avis en el ecosistema empresarial del torero murciano es Estructuras Rocasur SL, una sociedad constituida en Motril y dedicada a la construcción de edificios residenciales y la parcelación y compra de terrenos. La empresa, en la que Ortega Cano figura como apoderado solidario junto a otro socio, es uno de los pocos negocios rentables del torero. En el año 2022 facturó más de 600.000 euros por sus servicios. Toda una bocanada de aire fresco teniendo en cuenta el poco éxito de otras aventuras empresariales. Como el de la venta de automóviles a través de Autos Capricornio SL, o Sit Can, el centro de adiestramiento y residencia canina que montó en San Sebastián de los Reyes y que cerró sólo un año y medio después.
Al margen de empresas, el viudo de Rocío Jurado también tiene su patrimonio invertido en el ladrillo. En Cádiz es dueño de un ático en la urbanización Costa Ballena, donde veranea desde hace años con sus hijos. La casa, ubicada en Chipiona, cuenta con casi 90 metros cuadrados, tres habitaciones y dos baños. Además, es propietario de un chalet en la urbanización Fuente del Fresno, donde vive actualmente.
Durante los años de matrimonio con Rocío Jurado, la vivienda fue ocupada por la madre del torero Doña Juana. Al morir Rocío, el torero hizo una reforma integral para mudarse allí con sus hijos. La casa, de casi 700 metros y situada en una parcela de 1.890 metros cuadrados, está valorado en 1,5 millones de euros. En algún momento, tras enviudar de Rocío Jurado, el diestro se planteó venderla para irse a vivir a la Finca Yerbabuena, pero al final el recorrido fue el inverso. El diestro se deshizo de la finca de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla) en agosto de 2013, por 5.400.000 euros. Allí se dio el «sí quiero» con Rocío. Su gran carga sentimental hizo que se desprendiera de ella. Demasiados recuerdos entre sus paredes.
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