Crimen en Tailandia
Este es el futuro de la causa judicial contra Daniel Sancho
La defensa del hijo de Rodolfo Sancho espera que la autoconfesión juegue a favor del cómputo final de la condena
La confesión de Daniel Sancho por el presunto delito de asesinato premeditado del cirujano colombiano, Edwin Arrieta, en Tailandia ha abierto una serie de interrogantes sobre su posible devenir. El hijo del conocido actor español Rodolfo Sancho permanece en prisión preventiva y deberá afrontar el férreo sistema penal tailandés, que castiga este tipo de delitos con penas que van desde los 15 a los 20 años de cárcel, hasta la ejecución.
«En Tailandia se aplica la pena de muerte, aunque jamás se ha ajusticiado a ningún europeo o ciudadano de raza blanca. Algunos traficantes de drogas de origen chino sí han sido ejecutados rara vez. En mi opinión, a Sancho le condenarán a cadena perpetua y, tras varios años y algunas amnistías, saldrá libre», explicó a la razón Benny Moafi, fundador y propietario del bufete de abogados tailandés Ratchada.
Mientras, la defensa espera que, dado que se declaró culpable y colaboró con la Policía para reconstruir los hechos y aportar pruebas, esto pueda jugar a su favor en el cómputo final de la condena. Una esperanza que encaja con la opinión de Chirawat Khunyotying, abogado del bufete de Bangkok GAM Legal Alliance, quien aseguró a este medio que el español podría beneficiarse por haber confesado y cooperado, por lo que la sentencia podría rondar los 50 años o cadena perpetua.
Al parecer, las insensibles circunstancias en las que parece haberse cometido este crimen pueden hacer que los tribunales sean menos proclives a conmutar la pena a pesar de la cooperación que el acusado ha mostrado en el caso desde que, el pasado sábado, se derrumbó y confesó el asesinato. En reiteradas ocasiones, los tribunales tailandeses han afirmado que, en estos casos en los que el asesino ha dado muestras de premeditación, no puede haber atenuantes que impidan la imposición de una pena firme.
Si bien resulta improbable, en este último caso, Sancho tendría una última carta: la tradición tailandesa según la cual el Rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, puede indultar o reducir penas. Ya ocurrió con otro ciudadano español, Artur Segarra, cuya condena a muerte fue conmutada por cadena perpetua en 2020.
Último recurso
Respecto a la extradición, España y Tailandia no tienen tratado, por lo que Sancho deberá ser juzgado en el país asiatico. Sin embargo, existe un acuerdo de 1983 que permitiría su traslado a España para cumplir condena, un beneficio que podría reclamar en caso de ser sentenciado a cadena perpetua.
Para poder ser extraditado, el letrado Khunyotying aclaró que es «el Gobierno español quien debe hacer una petición al tailandés para que le permita cumplir su condena en su país de origen, y esta pena podría modificarse basándose en el Derecho internacional y en la legislación española».
Inyección letal
La última ejecución en Tailandia se produjo en junio de 2018, en un acto que los defensores de los derechos humanos calificaron de «deplorable». Theerasak Longji, de 26 años, fue ajusticiado mediante inyección letal, a los seis años de ser declarado culpable de asesinato con agravantes por apuñalar 24 veces a un joven de 17 años para robarle el móvil. Previamente dos narcotraficantes fueron condenados a muerte en agosto de 2009, tras un periodo sin ejecuciones desde 2003, según Amnistía Internacional.
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