Trajes

La Casa de Alba abre sus armarios en la exposición del año

De Eugenia de Montijo a Sofía Palazuelo, pasando por Cayetana, el Palacio de Liria muestra su moda

 Fotografía de archivo, tomada el 12/10/1947, de la Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, con Luis Martínez de Irujo y Artacoz, hijo de los duques de Sotomayor, el día de su boda en la Catedral de Sevilla
Fotografía de archivo, tomada el 12/10/1947, de la Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, con Luis Martínez de Irujo y Artacoz, hijo de los duques de Sotomayor, el día de su boda en la Catedral de SevillaAgencia EFE

En 1959, un jovencísimo Yves Saint Laurent presentaba su colección para Dior en los impresionantes salones del Palacio de Liria. Una España en blanco y negro contemplaba las creaciones del que, pocos años después, sería considerado uno de los grandes genios del siglo XX: «Se mostró el desfile completo de la colección primavera verano. Contó con 14 modelos venidas desde París y reunió a 2.000 personas», explica Eloy Martínez de la Pera quien, junto con Lorenzo Caprile, ha comisariado esta muestra. «Tenía un fin benéfico y se consiguió recaudar un millón de pesestas que se destinaron a las escuelas salesianas».

Este es solo un ejemplo de la especial relación que ha tenido históricamente la Casa de Alba con la moda. Y esa historia comienza, sobre todo, a mediados del siglo XIX con la emperatriz Eugenia de Montijo, vinculada con los Fitz-James Stuart a través de su hermana Paca, que fue Duquesa de Alba. Ella y Worth, como recuerda Martínez de la Pera, concibieron el sistema de la moda que rige hasta nuestros días: «Se establecieron las temporadas, los diseñadores comienzan a firmar sus creaciones y se aparecieron las modelos».

De de Montijo podremos ver piezas como su velo de boda, el diseño que Worth le creó para la inauguración del Canal de Suez o un corpiño que volverá a verse las caras con el retrato de Madrazo en el que aparece representado: «Muchas de los vestidos de Eugenia llegan desde el Châteu de Compiègne, donde residió con Napoleón III», apunta el comisario.

Años dorados de la costura

La emperatriz dio inicio a una serie de mujeres, como fue María del Rosario de Silva y Gurtubay, madre de Cayetana de Alba, que se hicieron eco de las tendencias y que son reflejo de los años dorados de la costura. En los retratos que se conservan de la propia Rosario, de hecho, se puede observar la influencia del look andrógino de los años 20 del siglo pasado y la influencia de Coco Chanel.

Manto de la Orden de Calatrava de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, XVII duque de Alba
Manto de la Orden de Calatrava de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, XVII duque de AlbaCedido

Entre las 100 piezas que conforman la exposición «La moda en la Casa de Alba», hay un hueco especial para las que lució Cayetana. «En la muestra vamos a ver su interés por la moda, aunque ella no era una fashionista. Amaba la belleza y eso se observa en los diseños de Balenciaga, Dior o Pertegaz que se exhiben», comenta Martínez de la Pera que incide también en la figura de Flora Villarreal, una de las creadores favoritas de la duquesa yquien confeccionó su vestido de novia, que llega a esta muestra directamente desde el Museo del Traje, donde se custodia. «Tanto en cómo se ha conservado el armario de Cayetana como en el resto de piezas, como es el frac del Duque Jacobo, se observa una idea de patrimonio dentro de la Casa», continúa Martinez de la Pera que ha desarrollado este trabajo junto con el diseñador Lorenzo Caprile, la persona «que más sabe de moda en este país y de sus implicaciones con la historia de los personajes».

De la Pera y Caprile han formado un tándem que ha construido un proyecto que ocupará los salones del Palacio de Liria hasta el próximo 31 de marzo. Esta promete ser una de las exposiciones blockbuster de Madrid, al juntar dos temas tan atractivos como la moda y la Casa de Alba. Nombres como Sorolla, Zuloaga, Madrazo o Winterhalter comparten espacio con 30 vestidos de grandes diseñadores además de todo tipo de accesorios y los uniformes de la casa: «Los Alba son una de las pocas familias que pueden utilizar códigos de uniformidad regia. Siempre han tenido, por sus los títulos que posee la casa, una serie de uniformes esenciales, como el de Maestrante o el de Húsar y en la exposición vamos a hablar también de ellos. Se habla de etiqueta masculina y de la calle Savile Row de Londres, paradigma de la elegancia y lugar donde habitualmente se vestía el Duque Jacobo».

La sencillez de Ungaro

Eso sí, en esta ocasión no podremos ver la tiara con la que contrajo matrimonio Eugenia Martínez de Irujo: «Su exhibición suponía un problema de seguridad y ni Lorenzo ni yo queríamos estar seis meses sin dormir por miedo a que le pudiera pasar algo. Además, esta exposición quiere incidir en la moda y en la evolución que podemos ver a través de los retratos y de la historia de la Casa de Alba», justifica Martínez de la Pera.

Lo que sí se muestra es el vestido de novia que lució la duquesa de Montoro en su boda con Francisco Rivera, una creación de Emanuel Ungaro que confirma, en palabras del comisario, la «sencillez» de la que hace gala. Y va más allá: «Eugenia Martínez de Irujo ha retomado la vivacidad y el amor por el color de su madre. No es opulenta al vestir, por eso hace del color un elemento esencial para proyectar la imagen con la que quiere ser precibida».

Y lo mismo sucede con la futura Duquesa, esposa de Fernando Fitz-James Stuart y Solís: «Sofía Palazuelo representa el espíritu elegante de la Casa donde no se cae en la opulencia», asegura Martínez de la Pera. De ella también se podrá contemplar su vestido, una creación de su tía Teresa Palazuelo, que abre la puerta a una continuidad renovada dentro de la Casa de Alba.