Contradicciones
Arancha Sánchez Vicario llega a un pacto con la Fiscalía para evitar la prisión
La tenista y el empresario están enfrentados en una batalla que va más allá de los delitos a los que les han acusado
Arancha Sánchez Vicario y Josep Santacana se juegan mucho en este juicio. La tenista se ha presentado como una mujer que no tomaba decisiones y que no sabía lo que firmaba. Una estrategia que puede ser cierta o lo contrario. Por su parte, su marido (que sorprendentemente lo sigue siendo) quiere demostrar que nunca manejó nada que Arancha no supiera. Se casaron con separación de bienes y capitulaciones matrimoniales que se firmaron antes y después del enlace. La doble rúbrica llamó la atención al entorno del empresario, pero lo dio por bueno por aquello de no crear más conflictos en la familia política.
En esos años era el padre de Arancha Sánchez Vicario quien se encargaba de la economía de su hija. Por sus declaraciones actuales, tampoco sabía dónde estaban los millones que había ganado a lo largo de su carrera profesional. Con anterioridad había aceptado el consejo de hacerse residente en Andorra con el consiguiente beneficio fiscal. La realidad era otra, como descubrió Hacienda que pudo demostrar que vivía en Barcelona. El resultado de esa treta es el histórico actual con su paso por el Juzgado, igual que su marido. Hay que recordar que Santacana ya tenía negocios en España y Miami. De hecho, cuando se trasladan a Estados Unidos para comenzar una vida alejada de la familia Sánchez Vicario, él ya tenía la green card. Esta tarjeta de residente permanente no es fácil y quien la solicita debe demostrar una economía saneada y, por supuesto, sin antecedes penales y expediente judicial. Por lo tanto, con este aval quedaba demostrado que sí era solvente.
En este juicio por alzamiento de bienes están acusados ambos. La Fiscalía solicitaba cuatro años y dos millones de euros cada uno. La deportista ha pactado. Santacana no. «No lo hará porque no ha cometido delito. Nunca ha tenido un poder de ella. Ha presentado una documentación exhaustiva que demuestra esa inocencia. Además, no tiene dos millones de euros». En este punto, es importante destacar que el matrimonio tiene la custodia compartida de los dos hijos. En Estados Unidos la cuantía de lo que cada progenitor debe encargarse se hace a partir de los emolumentos que cada uno tiene. En este caso, la Corte de Miami sentenció que la deportista debía pasar una cantidad a Santacana al estar en inferioridad económica. Este dato es otro de los que se ha aportado al juicio.
Si la versión de Arancha Sánchez Vicario ha sido que lo dejó en manos de su marido, Josep Santacana quiere demostrar que nunca firmó nada. El banco de Luxemburgo, con quien contrajo la deuda la tenista, también le demando. Y así lo explican: Lo que dice la demanda es que Josep la ayudaba a vender el patrimonio y esconderlo y que se quedó con parte de ese patrimonio. Lo que está desmontando la defensa con documentación es que a sus cuentas no llegaron ni un euro. Y confirman que no hay ni una firma de Santacana en esas ventas patrimoniales.
Una vez que se solvente este juicio, tendrán que resolver su divorcio, también por la vía judicial.
El Banco de Luxemburgo cree que Arancha tenía patrimonio para pagar la deuda
Este jueves fue el turno de los peritos en el juicio contra Arancha Sánchez Vicario y Josep Santacana por alzamiento de bienes. El perito de la acusación particular ha apuntado que la extenista contaba con patrimonio suficiente para abonar la deuda que contrajo con el Banco de Luxemburgo. Cuando revocó los poderes a sus padres, a finales de 2009, para pasar a ser ella titular de sus cuentas y propiedades, «no es cierto que no existieran fondos, había 4 millones de euros en Suiza», ha apuntado el experto. A pesar de ello, y de que entre 2010 y 2014 vendió varios inmuebles, no abonó ninguna cantidad para sufragar la deuda a la entidad. Un dinero que el banco depositó como aval, después de que el Supremo confirmase la multa a la extenista por fraude a Hacienda.