Órdenes del juez
Antonio Tejado regresa a los juzgados tras unas vacaciones a todo tren con amigos
Está disfrutando de un verano casi normal, a la espera de conocer si regresa o no a prisión. María del Monte también está de vacaciones
Antonio Tejadoestá disfrutando de un verano en libertad, después de verse privado de libre albedrío durante los meses que ha estado en prisión. Verse entre rejas ha sido un varapalo para él, también para su familia. Especialmente por el motivo que lo ha hecho, acusado de ser supuestamente el autor intelectual en el robo que sufrió su tía, María del Monte, en su casa de Sevilla el pasado verano -el domingo 25 de agosto se cumple un año-. Muchas son las pruebas que pesan sobre él y las autoridades creen tener todo atado, después de meses de investigación y tras las declaraciones de todos los implicados. El futuro judicial del exconcursante de realities es incierto, pero por ahora está cumpliendo a rajatabla lo establecido por el juzgado y lo recomendado por su abogado, para tratar de tener un perfil bajo hasta que se dicte sentencia y conozca su porvenir. Mientras, él ha disfrutado de unas vacaciones alejado del bullicio y del revuelo que se ha generado a su alrededor en los últimos meses, ante la idea de que la controversia volverá a ser actualidad cuando se siente al fin en el banquillo de los acusados a escuchar el veredicto.
Por ahora, Antonio Tejado tiene una importante tarea que le ha impuesto el juez, como condición para sentirse libre, aunque bajo la amenaza de poder regresar a la cárcel. Con ello, cada día 7 y 21 de cada mes debe personarse en el juzgado de instrucción número 16 de Sevilla para firmar y probar que está en territorio español y localizable en todo momento. No puede salirse de nuestras fronteras, pues se entendería un posible riesgo de fuga para eludir su presunta responsabilidad judicial. Y para no caer en este error, este miércoles ha vuelto a acudir a la sede judicial a hacer acto de presencia y cumplir con las condiciones que el magistrado Juan Gutiérrez le impuso. Se sabe vigilado, aunque haya podido poner tierra de por medio para sentirse, en cierto modo, dueño de su propio destino.
El sobrino de María del Monte no está haciendo el más mínimo ruido desde que saliese de la prisión de Sevilla en la que se encontraba de forma provisional. Abandonó el centro penitenciario, esquivó todas las preguntas, pidió respeto para él y los suyos y desapareció del mapa. No está dispuesto a hablar con los periodistas que tiempo atrás consideraba amigos y fieles aliados para sus intereses profesionales y mediáticos. Así ha vuelto a suceder este miércoles, cuando ha reusado hacer declaraciones ante los micrófonos cuando llegaba a los juzgados escondido tras unas gafas de sol. Se le notaba tenso y eso que ha tenido la oportunidad de relajarse junto a un grupo de amigos en las playas de Alicante, fijando su refugio en Moraira, como así han desvelado desde ‘Y ahora Sonsoles’.
Antonio Tejado ha huido de su Sevilla natal para encontrar cierta paz en Alicante, aunque difícilmente podrá olvidar lo que está por llegar: “Está a la espera de juicio, porque ya sabéis que se alargó esa instrucción. Será a partir de marzo del año que viene y simplemente decir que Antonio sigue haciendo una vida bastante normal y hace apenas un mes estaba en un hotel en Moraira, con una pandilla de amigos disfrutando del verano”, confirmaban desde el citado programa de Antena 3. Algo que ha hecho también la propia María del Monte, que a pesar de encontrarse con el corazón sobrecogido por lo que ha tenido que sufrir y ante la idea de que se confirme sus peores temores sobre su sobrino, también ha encontrado un hueco para saborear el verano. En el caso de la cantante, su espacio seguro ha sido Cazalla de la Sierra, en Sevilla, donde ha rememorado incluso los veranos de “como cuando era niña”, como así destacaba ella misma en Instagram al presumir de planes: “He disfrutado como cuando era niña. Esta ha sido mi opción para perderme unos días. Naturaleza pura. Agua, piedras, árboles y buenos amigos que siempre me cuidan. No se puede pedir más. Sería injusto. Gracias a Dios, a la vida y a los que me rodeáis”.
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