Regreso
Santiago Pedraz: así es la vuelta a la vida social (sin ataduras) del magistrado
Desde que el juez pasó la página de Esther Doña, viuda del que fue marqués de Griñón, ha vuelto a sus rutinas
Santiago Pedraz no formaba parte de la información social hasta que se convirtió en pareja oficial de Esther Doña, viuda del marqués de Griñón. Tenía una vida alternativa a su dedicación como juez de la Audiencia Nacional, pero no pública. Un trabajo profesional que ha sido referente en el mundo de la judicatura. Pedraz fue el primogénito de los siete hijos que tuvo el subdirector de la agencia EFE. Parte de su infancia la pasó en Costa Rica, donde su padre trabajó como director del Diario de Costa Rica y, también, como corresponsal. Aunque conocía la prensa desde niño, a diferencia de otros jueces de la Audiencia que se convirtieron en jueces estrellas, prefirió un perfil bajo. De ahí, la sorpresa para sus compañeros de profesión cuando se convirtió en portada de la revista «¡Hola!». Fue llamativo para la familia, amistades y colegas que sabían de lo importante que suponía su intimidad mostrar públicamente su amor por Esther Doña. Y, sobre todo, participar en las exclusivas aunque no recibiera compensación económica.
Hasta ese momento tanto su primer matrimonio como su noviazgo con Silvia Córdoba, una de las mejores abogadas penalistas de Madrid, no formaba parte de la información de los medios sociales. Su unión con Doña lo convirtió en tema de conversación de tertulia políticas y de comentarios en la Audiencia Nacional. Le llegaron a bautizar como el «marquesito» o «el señor de los anillos», por su querencia a ofrecer a sus parejas sortijas de compromiso matrimonial. Pedraz que tiene, según los que le tratan, sentido del humor se lo tomaba a risa. Eran sus amistades los que le gastaban no pocas bromas.
Algunos de los colegas de la Audiencia compartían aperitivo los viernes con Pedraz y Esther Doña que acudía con Cloe, el bichón maltés a buscarlo. Todo parecía en orden y con un futuro compartido tras anunciar en julio su boda. Toda esta agenda afectiva desapareció y fue el propio juez el que puso en conocimiento el «The End» de la historia.
Y llegó la ruptura
La ruptura abrupta con la marquesa viuda de Griñón le tuvo durante un tiempo dedicado exclusivamente a su trabajo, su familia y sus tres hijos, nacidos de dos relaciones.
Pero el miércoles pasado retomó a una vida social que antes también tenía, aunque alejada de las grandes fiestas patrocinadas. No lo necesitaba ni él ni sus parejas anteriores. La noche del miércoles atendiendo a la invitación de la periodista Katia Mikhailova, directora de la revista «Fearles», acudió a la cena con motivo de la semana de la arquitectura. Lo hizo con su amiga Eva, una reconocida profesional en el mundo de la arquitectura y el interiorismo. Él mismo explicó a la prensa presente que no se buscaran interpretaciones más allá de la amistad de años. Contaba a los que compartieron mesa que «Eva estuvo en mi boda y yo soy muy amigo de sus padres. Es una amiga mía de siempre. Y creo que yo soy su acompañante, y no a la inversa, porque esta cena es de arquitectos», comentó con sentido del humor. Y no solo hizo esta broma sino que al acudir sin corbata hizo un guiño a la famosa sostenibilidad energética que aconseja Pedro Sánchez.
Pedraz estuvo muy relajado y hablando del tema que más le interesa que es la pintura. No se considera un artista, pero desde hace años es una de sus aficiones principales. Esther Doña no existe en su vida, pero tampoco la excluye. También estaba al tanto del tema de moda que es la ruptura del noviazgo de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, igual de abrupta que la suya. El juez vuelve, poco a poco, a su rutina: sus aperitivos en los bares cerca de la sede del Partido Popular en Génova, sus cafés en la calle Almagro y las cenas a las que antes no iba.
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