¡Sí, quiero!
La respuesta de Enrique Ponce a Paloma Cuevas y Luis Miguel: sus planes de boda con Ana Soria
Un enlace más discreto que el que celebró con la diseñadora
Hace poco más de un mes, Enrique Ponce pedía a su veinteañera novia, Ana Soria, que se casara con él antes de que finalice 2022, y la respuesta fue la que esperaba, según una fuente próxima a los novios. La almeriense dio el sí por respuesta. No se lo pensó dos veces. Los dos están igual de ilusionados con el enlace, tras un par de años de feliz relación. No existe confirmación oficial, la pareja lleva todo con un gran secretismo. Irónicamente, todo sale a la luz al mismo tiempo que el presunto idilio entre la ex del diestro, Paloma Cuevas, y uno de sus mejores amigos, el cantante Luis Miguel. ¿Existen las casualidades? ¿O podría decir Paloma Cuevas, «ladran, luego cabalgamos»?
Eso sí, aunque es cierto que el artista y la diseñadora cenaron juntos en un lujoso restaurante oriental de Madrid, el ubicado en el hotel Villamagna, no hay confirmación sobre si existe algún tipo de relación que supere los límites de una gran amistad. Les presentó hace años el ex de Cuevas y entre los tres se gestó una unión muy sincera y entrañable.
El artista mexicano es íntimo de Ponce. Pero, visto lo visto, también de ella. Tenían pensado hacer un dueto en el disco que supondrá el debut oficial del diestro como cantante. Por otro lado, parece que la noticia facilitada por un medio de comunicación en el sentido de que el mexicano quiere comprar a su amigo la finca «La Cetrina», ubicada en el campo jienense, no es cierta. Ni lleva cinco meses insistiendo en adquirirla, ni tiene interés en hacerse con ella. Eso es lo que nos cuentan personas muy cercanas al diestro.
La boda de Enrique y Ana Soria no será tan tumultuosa como la del torero y Paloma en la catedral de Valencia, la tierra chica del diestro, en octubre de 1996, con la bendición papal y numerosos rostros conocidos.
El casamiento con Ana Soria sería más discreto. La familia de la estudiante de Derecho no quiere ser mediática, y aunque, según A. P., una persona del entorno de los Soria, «los padres de Ana están encantados con la celebración del enlace, son partidarios de que se opte por una ceremonia discreta y sin grandes algarabías. A ellos les hubiera gustado que tuviera lugar en la catedral de la Encarnación almeriense, un edificio precioso con estructura de fortaleza. Pero Enrique solo tiene el divorcio, y no la anulación religiosa, por lo que tendrá que ser por lo civil». Además, el torero tiene una espina clavada: sus hijas no han querido conocer a su pareja, por lo que podría darse la circunstancia de que no estuvieran presentes en el «Sí, quiero».
Una amiga de Paloma Cuevas desvela que «a ella no le extraña la intención de su ex de casarse, está embobado con esa chica. Esa mujer le tiene obnubilados los sentidos. Se le pone cara de tonto cuando la mira, está como embobado». La pandilla de amigos de Ana acogió a Ponce muy bien desde el principio del noviazgo. Es como si viviera una segunda juventud, hace cosas que jamas hizo con Paloma, como las escenas de TikTok o el exhibicionismo público de carantoñas y besos. La socialité y diseñadora de moda siempre le ha deseado lo mejor al padre de sus hijas, no es rencorosa y prefiere mirar al futuro antes que anclarse en el pasado.
En unos días la veremos en Sotogrande, disfrutando de sus vacaciones estivales al lado de sus íntimos Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón. Las dos mujeres son inseparables. Seguramente, se les unirá unos días otra gran amiga, la mexicana Genoveva Casanova, quien, casualmente, tuvo un idilio hace tiempo con el mismísimo Luis Miguel.
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