Gira
Los “intocables” de Isabel Pantoja desbancan a su antigua corte de amigos
La tonadillera tiene un largo séquito que le acompaña durante la gira
Les llaman “los intocables”, la guardia pretoriana de una Isabel Pantoja que apenas cuenta ya con amigos, los incondicionales, los que nunca le han fallado. Son muy pocos, pero muy escogidos. Y todos la acompañan en su mini gira latinoamericana.
El primero, evidentemente, es su hermanísimo Agustín, de quien, dicen, maneja a su antojo a la tonadillera. O manejaba, porque esta misma semana tuvieron una fuerte discusión en Chile, en las que Isabel le reprochó que la tenía demasiado alejada de la realidad. Porque le ha blindado su existencia, alejándola de casi todo.
En esa especie de Corte selecta, encontramos a la fidelísima Celeste, presidenta de un club de fans de Pantoja y que ahora se ocupa de funciones de sastrería. A su lado, Paqui, asistente personal y chica para todo de la artista. Y Mari Ángeles, la responsable de la parte técnica.
Otros intocables son Antonio Abad, su peluquero, y Alberto Dugarte, su maquillador, piezas imprescindibles de este corto organigrama.
Isabel confía ciegamente en ellos, incluso en ese hermano que tan malos consejos le ha dado a lo largo de su vida. Agustín hace y deshace sin aceptar sus equivocaciones.
En el baúl de los recuerdos permanecen, casi todos olvidados, los incondicionales de antaño, desde Chelo García Cortes, a Falete, Las Mellis, José Manuel Parada, Luis Rollan, Raquel Bollo, Miguel Poveda…
Y qué decir de su familia. No se habla con su hijo Kiko, apenas se ve con su hija Isa, por tanto, no ejerce de abuela, alejada de sus otros hermanos, Juan y Bernardo, enfrentada en el juzgado con la quiosquera Loli, despectiva con su prima, Silvia Pantoja, en fin, aislada en Cantora con Agustín y sus animales.
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