Covid-19
Karlos Arguiñano, sobre la salud de su mujer: “Luisi está muy bien”
Hace unos meses confesó las dificultades de su mujer para salir de casa, tras el confinamiento por la pandemia de la Covid-19
Karlos Arguiñanoha vuelto a visitar “El Hormiguero” dePablo Motos, donde ha dado más datos sobre el estado de salud de su mujer, Luisi. Tras la pandemia del coronavirus, el cocinero reveló que los meses de confinamiento habían afectado a su mujer. La incertidumbre ante lo que pasaría en el futuro y, sobre todo, el miedo a contraer la Covid-19, habían provocado que su pareja apenas se atreviera a salir de casa. En su reciente encuentro con Pablo Motos, Arguiñano ha tranquilizado a la audiencia y ha aclarado que ya se encuentra mucho mejor.
Proyectos
«Conté hace un año en ‘‘Dos parejas y un destino’’, de Anne Igartiburu, que Luisi está muy triste y ahora se sigue comentando en las redes», explicaba. El empresario vasco ha querido aclarar que su pareja ya no tiene las dificultades de antaño para relacionarse con otras personas y salir de su domicilio. «Luisi está muy bien», ha señalado. «Está esperándome mañana para que le prepare la cena».
Además, el cocinero ha hablado de sus últimos proyectos: «Quise hacer escuela, hice la escuela. Quise montar una bodega, la monté», confesaba. «Soy una persona muy normal de la calle, de los que le costaba aprobar, de los últimos de la clase. Pero cuando eres un tío honrado vas saliendo adelante. Soy un tío feliz», afirmaba.
Además, Karlos Arguiñano acaba de lanzar un nuevo libro de recetas, el número 78, bajo el título “La cocina de tu vida: 950 recetas fáciles, rápidas y saludables”.
En el terreno personal, es padre de siete hijos y abuelo de 12 nietos, y pronto del número 13.
Uno de los momentos más divertidos de su entrevista con Pablo Motos se ha producido después de confesar que le encantan las mangueras. Una revelación que le ha dado pie al juego de palabras… y ha terminado hablando de lo que hace con su propia ‘manguera’. «El que más lejos meaba soy yo«, revelaba. Según ha explicado, ante la sorpresa de todos, había desarrollado una técnica para conseguir que la orina llegara lo más lejo posible: «Cogía la punta, le hacía ‘globito’ y disparaba más lejos».
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