
Opinión
El diario de Amilibia: Se lleva mucho la sologamia
Se ahorra mucho en alianzas, flores, ceremonia, invitados, banquete, avión y hotel en el Caribe

No es que estén todas como locas con esa nueva moda que consiste básicamente en decirse el “sí, quiero” a una misma, esto es, la autoboda, pero son numerosas las mujeres que practican la “sologamia”. Me imagino que se casan consigo mismas y luego se van de luna de miel con el último modelo de “Satisfyer”, siempre fiel y dispuesto. Se ahorra mucho en alianzas, flores, ceremonia, invitados, banquete, avión y hotel en el Caribe. Además, como dice la última emparejada con su mismidad, “casarme conmigo misma ha sido una experiencia psicomágica”. No explican si necesitan un espejo para poder autobesarse y así hacerse el selfi que enseñarán a la familia. Y si la abuela no le entiende, se le dice: “Para querer a los demás, primero hay que amarse mucho a una misma”. Y punto.
En previsión de que lo de Nacho Cano, la Bego y el presi vaya a más y, como in mediata consecuencia, crezcan los ataques a Díaz Ayuso por su novio, esa historia interminable, cuentan las lenguas de vecindona que MAR podría estar estudiando distintas fórmulas apaciguadoras de camuflaje. No cree que la boda consigo misma sea la solución ideal para una política de gran raigambre popular, que solo puede casarse con el pueblo y un poco, quizá, con un Brad Pitt de Chamberí. Pero hay otros modos. Ahora también están de moda las parejas LAT, acrónimo de “Living Apart Tagether”, algo así como “juntos, pero separados”. Una moda vieja, como casi todas: eso ya me lo decía Carmen Posadas hace muchos años, y creo que lo sigue practicando: enamorados y apasionados, sí, pero concluido el frenesí de cada día o de cada semana, cada uno a su casita. Lo dice el escritor Gay Talese: “El secreto de un matrimonio feliz es el espacio, tener cada uno su carrera y su cuarto de baño”. Hombre, Isabel no vive en Villa Meona, pero ¿será por cuartos de baño?
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