Pese a su imagen de hombre fuerte, Dolph Lundgren batalla desde hace años contra una grave enfermedad. Todo empezó cuando hace ocho años le detectaron un tumor del que le operaron, pero que volvió a reproducirse.

Fue en 2015 cuando el actor comenzó su dura batalla contra el cáncer que nunca quiso hacer pública. En aquel año, los doctores le detectaron un tumor en el riñón, el cual le extirparon, aunque después tuvo que someterse a diversos exámenes.

"Luego hice escaneos cada seis meses, después lo haces cada año y estuvo bien; ya sabes, durante cinco años", reveló por primera vez durante una entrevista en "In Depth With Graham Bensinger".

Aparentemente, todo marchaba bien hasta que, en 2020, de regreso a Suecia tuvo una especie de reflujo ácido, aunque no sabía exactamente qué era, por lo que decidió someterse a una revisión. "Hice una resonancia magnética y encontraron que había algunos tumores más alrededor de la misma zona".

En total, le encontraron seis tumores, de los cuales cinco pudieron ser extirpados, pero no uno porque había crecido bastante; por tanto, siguió una terapia sistémica. Sin embargo, las cosas se agravaron, pues para otoño de 2021 le detectaron más tumores. Todo ocurrió cuando Dolph había llegado a Londres para filmar las secuelas de "Aquaman" y "The Expendables".

"Nos dimos cuenta de que era mucho peor de lo que pensábamos. [El médico] empezó a hablar de todos estos tumores diferentes como en el pulmón, el estómago y la columna, fuera de los riñones. Empezó a decir cosas como: ‘Probablemente deberías tomarte un descanso y pasar más tiempo con tu familia’", narró de acuerdo con una publicación de "Variety".

Con este diagnóstico, Lundgren le preguntó al médico qué tiempo le quedaba de vida. "Creo que dijo dos o tres años, pero me di cuenta en su voz que probablemente pensó que era menos", señaló el también director y guionista.

El actor no podía quedarse con los brazos cruzados y buscó otra opinión médica en Londres, donde le indicaron que su cáncer de riñón "estaba mutando más como el cáncer de pulmón".

Ante los resultados que obtuvo el doctor, este decidió abordar la enfermedad como un cáncer de pulmón y no de riñón. "Si hubiera seguido el otro tratamiento, me habrían quedado entre tres y cuatro meses", precisó, al tiempo de indicar que, en un periodo de tres meses, los tumores comenzaron a reducirse en un 20 por ciento.

"Ahora estoy en el proceso de extirpar el tejido cicatricial restante en esos tumores. El pronóstico es que, con suerte, cuando los eliminen, no habrá actividad cancerosa y el medicamento que estoy tomando suprimirá todo lo demás", finalizó.