Reputación
Tillia, el más leal a la reina Margarita de Dinamarca
El can se ha convertido en el fiel escudero de la monarca y en su mejor baza para limpiar la imagen de la institución
Tillia no es un perro salchicha más, aunque nos confundan sus extremidades cortas y su carácter alegre, algo común en esta raza también conocida como teckel. Tillia es el perro salchicha de Su Majestad la reina Margarita de Dinamarca, todo un honor y también un reto cuando se trata de hablar de lealtad. Si en alguien puede hallar la monarca de los daneses los más nobles sentimientos de fidelidad a la Corona en estos tiempos convulsos es en este can, cuya presencia empieza a ser más habitual que la de algunos de los miembros de su familia.
Desde 2016, la Casa Real de Dinamarca publica su calendario digital navideño. Este año, Tillia ha cobrado un protagonismo especial con diferentes imágenes en las que recorre las calles de Copenhague y comparte divertidos encuentros con sus amigos de cuatro patas durante un paseo invernal. Son, como dice el texto en la publicación, «pequeñas historias sobre lo que sucede en diciembre con la alegría navideña y los preparativos detrás de las ventanas del palacio».
Pequeñas historias, pero poderosas para salvar la reputación de la institución, seriamente dañada por los acontecimientos de Federico de Dinamarca, futuro rey de los daneses, y la crisis matrimonial indisimulada. A pesar del aguacero, Margarita de Dinamarca mantiene su sonrisa. Es una mujer animada, sonriente, creativa y con mucho sentido del humor. El único capaz de disputarle simpatía es Tillia, quien comparte con su dueña algunos rasgos de su personalidad. Independiente, sociable, cariñoso y, todo hay que decirlo, algo testarudo.
Por las imágenes que se difunden desde la residencia de Amalienborg de Copenhague, el perro es uno más en la familia real. Quizás uno de los más adaptados a las exigencias palaciegas. En el vídeo navideño, Tillia camina con auténtico porte aristocrático por la orilla del canal de Nyhavn que recorre la ciudad y sus pintorescas casas coloridas. Con tal distinción, habría gruñido molesto al escuchar al príncipe Enrique, el marido fallecido de Margarita, cuando dijo aquello de «soy un perro al que le tiran un terrón de azúcar de vez en cuando».
El príncipe que quiso ser rey
El matrimonio vivió una apasionante historia de amor, a pesar de la resistencia de su esposo a cumplir su papel segundón en la Corona. No entendía su figura de consorte. Quería ser rey y protestaba sin ningún recato en público. Su inconformidad le llevó a abandonar el país para instalarse, temporalmente como gesto de rebeldía, en una de sus residencias francesas.
En su largo reinado, la Reina ha soportado muchos desaires y comportamientos inesperados en el seno familiar. Por eso Tillia ha sido el elegido para transmitir una imagen navideña amable, limpia y muy cercana a los ciudadanos. En 2021, ya fue el protagonista inesperado en una cena de gala de palacio con motivo de la Insignia de Honor del Ejército con la princesa Mary, quien acudió luciendo el uniforme femenino de las Fuerzas Armadas. Tillia no dudó en corretear alegremente por las estancias del palacio.
El perro salchicha es una raza tradicional en la realeza europea. Antiguamente se utilizaba en las cacerías. Hoy disfruta de una vida acomodada y dispone de su propio servicio para dar largos paseos. En 2014, la Reina perdió a Celimene y Evita, a causa de su avanzada edad y, como consuelo, su esposo se presentó con Helike, otro salchicha más. Fue entonces cuando volvió a hacer gala de su proverbial ironía: «Son divertidos e inteligentes. No ocupan mucho espacio y es como si tuvieras un perro completo con el tamaño de medio».
La reina Victoria, que registró los nombres y razas de sus 640 perros en sus diarios, tuvo siete hembras de perros salchicha, todas llamadas Waldina, y casi la misma cantidad de machos llamados Waldman, que inmortalizó en dibujos y acuarelas conservados en las colecciones reales.
Feminista, fumadora y muy paciente
Margarita II fue coronada reina el 14 de enero de 1972, catorce días después de morir su padre. En 2022 cumplió, por tanto, los 50 años en el trono. Los festejos tuvieron que posponerse debido al incremento de contagios de Covid-19 y fue solo el preludio de los escándalos que empañarían su jubileo de oro. Los paseos nocturnos de su hijo Federico por Madrid junto a Genoveva Casanova han repercutido en la imagen de una institución que, de momento, solo salva Margarita II. De nada ha valido esta vez la máxima que rige en la monarquía danesa: «Nunca te quejes, nunca des explicaciones». Mientras la reputación del heredero cae en las encuestas, el pueblo mantiene su confianza en esta monarca feminista de mítico moño, intelectual y aficionada al bordado. Todo hace pensar que morirá en el trono y con su corona.
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