El anuncio de que el Rey Carlos III padece cáncer ha sacudido con fuerza la opinión pública del Reino Unido y del resto del mundo. El comunicado oficial no indica qué tipo de enfermedad se le ha diagnosticado, aunque las últimas informaciones son halagüeñas y tranquilizadoras. Por lo visto, se le ha detectado "a tiempo" y Su Majestad presenta altas posibilidades de recuperarse. De hecho, ya ha comenzado el tratamiento pertinente y reducirá su presencia pública en los próximos meses. "Varios de sus compromisos tendrán que reorganizarse o posponerse", avisan desde el Palacio de Buckingham.

 Las reacciones a la enfermedad de Carlos III no se han hecho esperar, empezando por las de su propia familia. Tal y como se dio a conocer poco después de anunciarse que el Rey padecía cáncer, el príncipe Harry volará cuanto antes desde Estados Unidos hacia el Reino Unido para encontrarse con su padre en este momento delicado que atraviesa. Aunque su relación se había enfriado en los últimos meses, el duque de Sussex ha manifestado su preocupación por el monarca a sus más allegados, y siente que ahora debe estar junto a él y el resto de la familia.

Pero su regreso al Reino Unido abre algunos interrogantes, empezando por dónde se alojará. Tras apartarse de la Corona y mudarse a Estados Unidos con Meghan Markle y sus hijos, los duques fueron desalojados de Frogmore Cottage, la única propiedad con la que contaban en Reino Unido y el lugar en el que se sentían realmente a salvo, tras serle retirado también el servicio de escolta proporcionado por Casa Real.

El plan inicial era que el príncipe Andrés también fuera desalojado de Royal Lodge, la casa en la que ha vivido desde que se casó con Sarah Ferguson, para ubicarlo en la antigua casa de su sobrino, pero logró llegar a un acuerdo económico con su hermano para detener el proceso.

De este modo, el príncipe Andrés sigue viviendo en Royal Lodge, y aunque Frogmore Cottage ya no es propiedad del príncipe Harry, lo cierto es que la vivienda está vacía y no habría impedimento en que le permitieran hospedarse en la que fue su casa durante lo que dure su estancia en Reino Unido.

Teniendo en cuenta la situación actual, esta parece la opción más probable. Se descarta que el príncipe Harry se decante por pasar las noches en Buckingham, un lugar en el que nunca se sintió cómodo; y tampoco sería lo más cómodo que se alojase en Adelaide Cottage, la casa de su hermano, el príncipe William. Su relación ahora también es de lo más tensa, y además, Kate Middleton todavía está convaleciente de la operación abdominal a la que se sometió a finales de enero. Lo último que necesita es una visita incómoda que pueda alterarla más de lo necesario.