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El peculiar saludo de la infanta Elena y el Rey Juan Carlos que causa furor en redes sociales

Padre e hija han demostrado su especial vínculo a las puertas del restaurante donde ella celebraba sus 60 años. El peculiar ritual de despedida está en boca de todos

No cabe duda de que el 60 cumpleaños de la infanta Elena era motivo suficiente para que su familia, repartida por distintos puntos del globo, salven las distancias para compartir mesa y mantel. La convocatoria ha sido todo un éxito y es que la Familia Real española al completo no ha querido perderse tan importante cita. Estaban los Reyes Felipe y Letizia, también los eméritos, Doña Sofía y Don Juan Carlos. También la infanta Cristina y sus hijos, así como los vástagos Marichalar, además de los primos Gómez-Acebo y los Zurita. Una quedada que ha tenido como telón de fondo el restaurante Pabú de Madrid, que se ha convertido por sorpresa en el centro de la noticia.

La infanta Elena haciendo la reverencia a su padre, el Rey Juan CarlosGtres

Pero todos hablan ahora de un gesto en concreto. Se trata de la peculiar forma en la que la infanta Elena se ha despedido de su padre, el rey Juan Carlos, cuando se disponía a abandonar el local tras haber saciado su apetito y compartir confidencias y risas en la sobremesa. Fue a las puertas del local donde se produjo un gesto que ha llamado poderosamente la atención en las redes sociales, pues el clip está en boca de todos.

Se trata de un pequeño ritual que realizan padre e hija y que no ha dejado indiferente a nadie y que algunos encuentran similitud con la forma en la que los jugadores de la NBA se desean buena suerte en el terreno de juego. Aunque versiones y opiniones se cuentan a decenas.

La duquesa de Lugo y el Emérito siempre han tenido una relación muy estrecha. Prueba de ello son las numerosas ocasiones que la hija ha acudido al encuentro con su padre en Abu Dabi, desde que decidiese fijar allí su residencia oficial. Antes de abandonar el restaurante y emprender el viaje de regreso, la infanta Elena lo acompañó hasta la salida, protagonizando tan curiosa escena. Primero se dieron dos besos, para después hacerle reverencia, como así acostumbra siempre que hay prensa delante en señal de respeto hacia su progenitor. Pero lo llamativo llegó luego, cuando ambos se realizaron la señal de la cruz en la frente e intercambiaron un juego de choque de manos y palmaditas en el hombro más propia de los mencionados baloncestistas norteamericanos. Tanto ha extrañado esta forma de decirse adiós y desearse lo mejor entre ellos, que las redes echan humo en estas horas, en su mayoría destacando el precioso vínculo que les une y del que han vuelto a hacer alarde con los medios de testigo.