Aniversario
Luis Alfonso de Borbón, 40 años del trágico accidente que resultó mortal
Desde aquel 5 de febrero de 1984, la vida de la familia estuvo marcada por la tragedia. Fran murió dos días después
El 5 de febrero de 1984 el duque de Cádiz y sus hijos, junto con Manuela Sánchez, la cuidadora de los niños, regresaban de un fin de semana de esquí. Eran las ocho de la tarde cuando en un cruce de carretera a la altura de Corella (Navarra) Alfonso de Borbón Dampierre, conductor del vehículo chocó con un camión. Desde ese momento la vida de todos ellos estuvo marcado por la tragedia. Dos días después fallecía Fran, el primogénito de Carmen Martínez Bordiú a los once años. Luis Alfonso, la seño y el duque sobrevivieron al terrible accidente que dejo secuelas para siempre.
El actual duque de Anjou tenía nueve años. Seis meses después, veraneando con su madre y la familia parisina en las Bahamas, murió la hija de Jean Marie Rossi en un accidente náutico. Al enterase de esta adversidad, la tía de Luis Alfonso dijo públicamente: «Son demasiadas desgracias juntas para un niño tan pequeño. ¡Ojalá se recupere pronto!». Pero aún faltaba la convulsión más fuerte. El 30 de enero de 1989 moría Alfonso de Borbón en la estación de esquí de Vail (Colorado) en un accidente inexplicable.
Al comunicarle la noticia, la impresión fue tan grande que el pediatra de la familia, García Lestache, tuvo que administrarle sedantes. A partir de ese momento no volvió a demostrar sus flaquezas. «Es un chico muy entrenado en la adversidad, por eso es tan fuerte. La vida le ha puesto sus condiciones antes de tiempo, pero es recio y duro, Saldrá adelante».
Y efectivamente, la predicción del médico se cumplió. En contraposición a esa manera trágica y sombría de ver la vida que tuvo siempre el duque de Cádiz, Luis es todo lo contrario. Un hombre optimista que apostó por la felicidad y la encontró encarnada en Margarita Vargas Santaella, con la que contrajo matrimonio en La Romana (Republica Dominicana) el 6 de noviembre de 2004.
Con ella y con sus cuatro hijos ha formado el hogar que nunca tuvo. El destino que tan mal se había portado con él durante su infancia le dio por fin buenas cartas para jugar en la ruleta de la vida. Y esas primeras fueron encontrarse con su mujer. Una historia que bien podría servir de guion para una película de amor. Luis acudió a una boda en Miami y allí conoció al marido de María Victoria, la hermana de Margarita. Se hicieron muy amigos y en una de sus visitas a Caracas conoció a su futura mujer, que en aquel momento iba al colegio. Algo debió de ver en la joven de 17 años porque, a partir de ese momento empezaron a escribirse. Aún no existía el WhatsApp, pero sí el correo electrónico. A partir de entonces, hubo viajes de ida y vuelta del duque de Anjou, al que a veces le acompañaba su abuela, Carmen Franco. Así transcurrió un tiempo hasta que se comprometieron y se casaron.
Desde siempre ha querido mantener un perfil bajo y de hecho lleva tiempo sin actualizar su cuenta de Instagram. Abogado de profesión y experto en finanzas, durante años trabajó en el Banco Occidental de Descuento, cuyo presidente era su suegro, Víctor Vargas. Según el registro mercantil, sus inversiones están diversificadas y lo mismo forma parte de sociedades del sector inmobiliario, como del deportivo, a través de sus gimnasios, donde se ofrece un método innovador único en España denominados Reto 48.
Imaginativo y audaz
Una de su últimas iniciativas empresariales y de la que no se esperaba la espléndida respuesta del público que finalmente ha tenido han sido sus juegos de mesas. Son barajas de cartas relacionadas con varios temas. Las primeras fueron con la base de los reyes de Francia. No hay que olvidar que Luis Alfonso de Borbón es duque de Anjou y, para los legitimistas franceses, el heredero al quimérico trono de Francia.
Después, y en plena pandemia, se le ocurrió hacer lo mismo con la historia de España. Más adelante la geografía, el mundo de la tauromaquia y una más relacionada con la vida de los santos. A esta última la tituló «Gánate el cielo». Es un juego católico con el reto trascendente de conocer el santoral. La idea surgió después de un retiro de Emaús. Con la ayuda de un sacerdote, seleccionó a los más importantes, conocidos y venerados. El proyecto e alinea con esa fe que tantas veces le ayudó a superar la adversidad.
El duque de Cádiz, el hombre que no supo ser feliz
Alfonso de Borbón, duque de Cádiz, era el nieto mayor de Alfonso XIII, pero no gozó de ningún tipo de privilegio ni tuvo una infancia alegre. «Mi vida, contra lo que muchos puedan imaginar, no ha sido, no es realmente una novela rosa. Mucho menos una vida fácil. Yo diría más: es la mía una historia difícil y en muchas ocasiones amarga», comentó en sus memorias. A diferencia de su padre, que no pudo o no quiso ser feliz añorando tiempos pasados, su hijo Luis Alfonso ha planteado su vida al revés. Aparcó un pasado trágico con abandonos y grandes tragedias y optó por ser feliz y formar una familia dichosa.