Tensiones familiares
Joaquín, un príncipe invisible en la proclamación de su hermano, el Rey Federico X de Dinamarca
Aunque se conoce que ha estado presente por una confirmación oficial, lo cierto es que no ha habido rastro del hijo pequeño de la Reina Margarita durante toda la jornada
Todo el mundo estaba avisado de que la de Federico X de Dinamarca sería una proclamación austera y rápida, alejada de la pompa que suele acompañar las coronaciones de otras monarquías, como la británica. De hecho, ni siquiera ha habido invitados internacionales ni representantes de otras casas reales europeas, como la española, que se ha limitado a enviar un mensaje de congratulación a los nuevos monarcas. "Nuestra felicitación en el inicio de vuestro Reinado, con el mayor afecto personal y los mejores deseos para el pueblo de Dinamarca", han escrito don Felipe VI y doña Letizia en su misiva conjunta.
Pero han sido las ausencias familiares las que realmente han empañado el gran día del Rey Federico X, plantado en el Palacio de Christiansborg por su cuñada, Marie de Dinamarca, y sus sobrinos, Nikolai, Felix, Henrik y Athena. La razón oficial es que no se consideró "imprescindible" su presencia el día de la proclamación, teniendo en cuenta que residen en Washington y que los hijos más pequeños tenían clase al día siguiente. Pese a esta explicación, su ausencia no ha hecho más que avivar los rumores que sugieren un enfrentamiento con la familia a consecuencia de revocación de los títulos de príncipes a los hijos de Joaquín y Mary, una iniciativa de la Reina Margarita II que no sentó nada bien a los afectados.
"Estamos todos muy tristes. Nunca es agradable ver a tus hijos siendo maltratados", declaró entonces el príncipe Joaquín, una inesperada confesión que llevó a la propia Reina a tener que dar explicaciones sobre su decisión, algo muy poco habitual entre monarcas: "He tomado mi decisión como reina, madre y abuela, pero como madre y abuela he subestimado lo mucho que mi hijo menor y su familia se sienten afectados".
Desde ese momento, la relación entre los príncipes Joaquín y Marie con el resto de la familia ha estado marcada por la tensión y la distancia, y solo el hermano del nuevo rey se ha tomado la molestia de regresar a su tierra natal desde el otro lado del charco para ser testigo de su ascenso al trono.
Sin embargo, la confirmación oficial por parte de la Casa Real danesa ha sido lo único que ha permitido conocer que el príncipe Joaquín ha acompañado a Federico X en este día histórico, porque prácticamente no ha habido rastro de Su Alteza Real a lo largo de toda la jornada. Tan solo se le ha podido ver de refilón cuando ha pasado en su coche oficial, y ni siquiera ha acompañado a su familia en el tradicional saludo al pueblo desde el balcón de Christiansborg.
Esta relegación a un discretísimo segundo -o tercer, o cuarto- plano se contradice con las explicaciones que se dieron desde palacio para argumentar su presencia frente a la ausencia de su esposa e hijos, aludiendo a su todavía importante peso institucional dentro de la Corona. Al fin y al cabo, sigue ocupando el quinto puesto en la línea de sucesión al trono.
Además, el príncipe Joaquín nunca disimuló su malestar por su situación de inferioridad ante su hermano mayor, e incluso explicó que este era el origen de los problemas de alcoholismo que sufrió en el pasado.
Con estos antecedentes sobre la mesa, es fácil intuir que puede no haber sido de su agrado recorrer la friolera de más de 6.500 kilómetros para ni siquiera poder posar en una fotografía junto a su hermano recién nombrado Rey de todos los daneses.
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