Escándalo real
La cuñada de Guillermo y Máxima de Holanda, denunciada por infundir terror en palacio
La princesa Laurentien ha creado un clima de miedo entre sus trabajadores, que han dicho basta. Ocho ya han denunciado
Llega el verano y con ella la tradicional polémica para la familia real holandesa. Eso sí, esta vez el motivo de escándalo no son sus exclusivas vacaciones en Grecia, donde el rey Guillermo y Máxima de Holanda emplazan sus vacaciones de forma regular. Ahora el revuelo viene generado por la princesa Laurentien, esposa del príncipe Constantin, hermano pequeño del soberano. La cuñada real se ha convertido en diana de todas las críticas por ser acusada directamente por su conducta, al haber “tratado a varios funcionarios de forma inapropiada”, según destacan desde el diario ‘AD’. Una acusación que parece estar fundamentada con hechos de peso, como son las ocho denuncias que se han presentado en su contra por parte de su equipo personal de palacio.
“Los incidentes se produjeron el año pasado en el marco de la resolución de un caso relacionado con las ayudas familiares, en el que treinta mil padres tuvieron preocupaciones económicas, porque de repente se les dejó de pagar ese dinero”, adelantan desde el citado diario, que mantiene que “la princesa Laurentien se presentó como ayudante de padres e hijos a través de su Fundación para la Recuperación Justa. En este papel, colaboró estrechamente con funcionarios y asesores del Ministerio de Hacienda, encargado de encontrar una solución para las familias afectadas”. En este marco, comenzaron los episodios que acusan a la cuñada de Guillermo y Máxima de Holanda de “trato inadecuado” a los funcionarios. Se denuncia cómo “las cosas se descontrolaban regularmente entre la princesa Laurentien y los funcionarios”, llegándose a producir “un patrón de intimidación que condujo a una cultura del miedo”.
Para detallar en qué situaciones se producía esta actitud, en la que la mujer del príncipe Constantin supuestamente inducía miedo, se ponen varios ejemplos. Como cuando “reaccionada de forma desproporcionada, increpaba a los funcionarios en numerosas ocasiones y no toleraba la disidencia”. Los trabajadores alzaron la voz en su contra y se quejaron de las malas formas en las que estaban siento tratados en su puesto de trabajo. Expusieron su caso a instancias superiores, pero parece que no han tenido éxito en sus demandas porque, tal y como añaden desde el citado medio, “para su gran frustración nada ha cambiado”.
Una insufrible situación que han confirmado ya desde el Ministerio de Hacienda, dando por ciertas las rencillas surgidas, pero sin entrar demasiado en detalles. En su contra está la versión de la propia princesa Laurentien, que a través de un portavoz de su fundación ha negado todas estas acusaciones, echando la culpa a la prensa de inventarse tales acusaciones, pese a la confirmación de la institución del estado: “Apreciamos la libertad de prensa, pero este medio no puede limitarse a decir algo sin respaldarlo ni justificarlo. Si ‘AD’ ignora este llamamiento, nosotros tenemos la intención de emprender acciones legales contra el periódico holandés”. Una amenaza de demandas que no ha metido miedo al director del medio, que ha defendido el buen trabajo de su redactor y la veracidad de lo publicado.
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