Royals

‘Harry y Meghan’ o cómo vivir del cuento (de hadas)

Los duques de Sussex se han encasillado en el papel de víctimas que es lo que vende

En el esperado documental de Harry y Meghan estrenado esta semana, la que fuera actriz asegura que la entrevista que tuvieron que realizar con la BBC tras el anuncio de su compromiso oficial fue un «reality show orquestado». Una prueba más, para ellos, del encorsetado protocolo que dirigía sus vidas. Pero, ¿no es un reality show el documental que protagonizan?

Por otra parte, las imágenes inéditas que ofrecen de su vida e incluso de sus hijos equivalen al tipo de invasión de la privacidad que tanto denuncian por parte de los medios, a los que acusan de acoso. Pero en esta ocasión, tampoco parece molestarles. Se ejecuta, al fin y al cabo, bajo sus reglas, y el contrato de 100 millones de euros que han firmado con Netflix.

Harry y Meghan salieron en 2020 del Palacio de Buckingham porque se sentían oprimidos. Pero la cuestión es que siguen viviendo de Palacio, eso sí, bajo sus propias reglas, lo que se traduce en una vida sin obligaciones, pero con todos los privilegios. En definitiva, vivir del cuento. Porquelos ataques a la institución son constantes, pero la soleada California es aún más glamurosa cuando eres duque y duquesa de Sussex y fichas como «director de impacto» de una empresa de coaching presentándote como «príncipe». A los títulos no han querido renunciar. Aunque el diputado conservador Bob Seeley ya ha sugerido que debería haber una votación en la Cámara de los Comunes para poder quitárselos.

La íntima serie documental sobre los duques de Sussex, "Harry y Meghan"
La íntima serie documental sobre los duques de Sussex, "Harry y Meghan"--EFE/Courtesy of Prince Harry and Meg

Como actores de capacidad limitada, Harry y Meghan se han encasillado en el papel de víctima, que es lo que vende. Porque el de ricos y sin oficio conocido quizá sea más difícil de vender.

En el Reino Unido, no paran de lloverles las críticas. Pero en los EE.UU. han conseguido vivir como auténticas «celebrities». Aparte del contrato millonario con Netflix, han firmado otro contrato con editoriales valorado en 40 millones de euros para publicar una serie de libros y otros 20 millones de euros por el podcast que tiene Meghan hablando de mujeres y estereotipos. Víctimas del victimismo mismo. La fórmula funciona. Esta misma semana han recibido un premio por su «trabajo» en la lucha contra el racismo por la Fundación de Derechos Humanos Robert F. Kennedy. Aunque no todos estaban de acuerdo. El profesor David N Nasaw, autor de la biografía de Joseph Kennedy nominada al Pulitzer, aseguró que estaba «en algún lugar entre los sublimemente ridículo y los descaradamente ridículo». Cuando se materializó el Megxit, Isabel II ordenó a sus asesores que convirtieran «la crisis en oportunidad» para crear un marco que pudiera aplicarse a las futuras generaciones. Pero el acuerdo con Palacio no ha funcionado... o funciona (y muy bien) solo para una de las partes.