Reino Unido
Meghan Markle y el príncipe Harry: su guerra fría contra Buckingham Palace
Mientras recibían un premio por su lucha contra el racismo, la Familia Real inglesa desplegaba toda su pompa al otro lado del Atlántico
Este 8 de diciembre se marcará a fuego en la historia de la Corona inglesa, como aquel 20 de noviembre de 1995 en el que la princesa Diana de Gales rompía su silencio en la BBC, ante más de veinte millones de espectadores. Casi treinta años después, su hijo pequeño hace lo propio, aunque, en esta ocasión, su desafío a la Casa Real británica llega en forma de serie documental que no se emitirá en la cadena pública, sino en Netflix, después de haber firmado un acuerdo millonario. En esta aventura contra su familia, al príncipe Harry le acompaña Meghan Markle, y juntos sacarán los colores a la Monarquía en una producción que, aunque hoy ve la luz, levantó polémica desde el mismo día en que se anunció su desarrollo.
El estreno llega en un momento especialmente tenso para los Windsor, marcado por una gala celebrada en Nueva York que ha sacado los colores a la familia y a la que los duques de Sussex han acudido luciendo la mejor de sus sonrisas. Se trata de la Ripple of Hope, de la Robert Kennedy Human Rights Foundation, en la que fueron premiados por denunciar públicamente el supuesto racismo que sufrieron por parte de la Casa Real inglesa. «Pocos tendrían el coraje de cuestionar a sus familiares sobre la estructura de poder que mantienen, y esto es lo que han hecho Meghan Markle y el príncipe Harry. Fueron a la institución más antigua de la historia del Reino Unido y les dijeron que lo estaban haciendo mal. Algo heroico que ha abierto una brecha», indicó a «Vanitatis» Kerry Kennedy, organizadora del evento y sobrina del célebre presidente de los Estados Unidos de América.
Más allá del fin humanitario de la gala, se trata de un galardón que señala directamente a la Familia Real británica, exponiendo presuntas conductas o comentarios racistas que no dejan en muy buen lugar a la milenaria institución que representan.
Ante esta situación, el Palacio de Buckingham ha apostado por su artillería más pesada y, casualidad o no, se programó para el mismo día una de las citas más importantes para el núcleo duro de la realeza británica: una recepción diplomática. Como marca la tradición, el evento se celebra en diciembre de todos los años, pero en 2020 y 2021 no pudo llevarse a cabo a consecuencia de la pandemia de coronavirus, así que la expectación en esta ocasión era mayúscula. Además, se trata de la primera recepción del Cuerpo Diplomático en la que Carlos III y Camilla aparecen como reyes, y Kate Middleton y Guillermo como príncipes de Gales. En principio, todo apuntaba a que la gala se celebraría en el día de hoy, pero en el último momento se adelantó a la noche en la que Meghan Markle y el príncipe Harry recibían su polémico premio. Se desconoce si se ha tratado de una decisión premeditada, pero está claro que la pompa y fastuosidad desplegadas en la regia gala han conseguido desviar el foco desde el otro lado del charco hasta el Reino Unido. El mundo entero es testigo de esta especie de guerra fría que enfrenta a los duques de Sussex contra los Windsor, y sendos ejes beligerantes utilizan a la prensa y a su propia imagen como las principales armas de combate. Nada nuevo en los juegos de poder de las monarquías.
Como en todas las contiendas, los medios de comunicación juegan un papel fundamental a la hora de desvirtuar al enemigo, y poco después de darse a conocer que los duques de Sussex recibirían un premio por señalar el presunto racismo de la Familia Real, los periódicos afines a la institución cargaron contra la fundación que les otorgaba el galardón. «The Mail Online» cuestionó el carácter benéfico de la organización asegurando que «entrega 250.000 libras en subvenciones el mismo año en que recibe 36 millones solo en aportaciones», mientras que «Daily Mail» señaló directamente a la presidenta, Kerry Kennedy, que elevó su salario en 40.000 dólares en 2019, el mismo año en que la sociedad sufrió «una gran caída de ingresos, de los 43 millones de dólares a 18 millones».
«Los dardos» del documental
Habrá que esperar hasta el próximo 15 de diciembre para que los siguientes tres episodios de «Enrique y Meghan» vean la luz, pero lo cierto es que los tres primeros no han dejado indiferente a nadie. En los avances que se publicaron unos días antes ya se podían escuchar algunas de los dardos que los duques de Sussex dirigían contra su familia, a quienes acusan de «jugar sucio» para denostar la imagen pública de Markle. «¿Qué demonios pasó?», se preguntan sobre el cambio de actitud de los medios británicos con la exactriz norteamericana, a la que en principio adulaban y terminaron sentenciando. «Nosotros sabemos lo que pasó. Hubo filtraciones a la prensa, pero también datos falsos», exponen el hijo de Lady Di y su esposa. Además, el matrimonio recuerda a la difunta princesa de Gales para comparar el infierno que sufrió con el de la duquesa de Sussex: «Las mujeres que entran en esta institución lo pasan fatal por la presión mediática». No es la primera vez que establecen una relación entre Meghan Markle y la primera esposa de Carlos III, y en pleno enfrentamiento con determinado medios ingleses, el príncipe Harry aseguró que su mayor temor «es que la historia se repita», aludiendo al trágico final de su madre: «Desafortunadamente, mi esposa se ha convertido en una de las últimas víctimas de una prensa sensacionalista que realiza campañas contra personas sin pensar en las consecuencias, una campaña despiadada que se intensificó durante el año pasado, durante todo el embarazo y mientras criaba a nuestro hijo recién nacido».
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