Anécdota
Victoria Federica, patidifusa en su encuentro con Kiko Jiménez, reportero de ‘Sálvame’: “No entiendo”
La hija de la infanta Elena se mostró más espontánea y natural que nunca
‘Sálvame’ sigue regalando a la televisión momentos surrealistas. Ayer, al colaborador Kiko Jiménez se le encomendó la misión de presentarse, haciendo las veces de reportero, en la madrileña plaza de toros de Las Ventas para lograr entrevistar a Ortega Cano. El encuentro prometía, teniendo en cuenta que el tertuliano mantuvo una relación sentimental de más de cuatro años con Gloria Camila, la hija del diestro, aunque su romance que no terminó del todo bien. Sin embargo, el jienense lo tuvo realmente complicado a la hora de hacerse con unas cuantas declaraciones del maestro, que se mostró más esquivo que nunca con la prensa.
Pero el colaborador experimentó una maravillosa serendipia y se topó con alguien todavía más relevante que Ortega Cano. Mientras esperaba en la puerta trasera de la plaza de toros a que el torero abandonase el recinto, Kiko Jiménez se encontró con Victoria Federica, que se quedó incluso más perpleja que el propio tertuliano al observarlo con el micrófono de ‘Sálvame’. “Victoria, ¿qué tal?”, le pregunta el jienense, mientras ella luce una sonrisa de oreja a oreja. La hija de la infanta Elena se detiene, parece que no sabe muy bien qué hacer, y solo acierta a decir: “¿Qué pasa?”.
Antes de continuar su marcha, huyendo de las cámaras de los demás reporteros y medios de comunicación, Victoria Federica espeta un “no entiendo” mientras sonríe tímidamente. Aunque la nieta del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía suele mostrar una actitud distante y fría con la prensa, en este caso ha dejado ver su cara más amable y espontánea ante la sorpresa que se llevó al encontrarse a Kiko Jiménez haciendo de reportero de ‘Sálvame’.
Volviendo a la misión de Kiko Jiménez, el colaborador no logró dar con Ortega Cano en la plaza de toros de Las Ventas, así que lo siguió hasta su casa para lanzarle las preguntas que guardaba en la recámara. Al diestro no le sentó nada bien ver a su exyerno en las puertas de su hogar, así que le espetó un sonoro “cornudo” que dejó sin palabras al tertuliano: “¿Cómo me ha llamado?”.
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