Hace unos días se conocía, por fin, la fecha en la que Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, se sentarán en el banquillo de los acusados por un presunto delito de alzamiento de bienes. El próximo mes de septiembre, entre el día 12 y el 15, ambos serán juzgados en Barcelona y se enfrentan a una condena de cuatro años de cárcel por supuestamente ocultar patrimonio para evitar pagar una deuda de 7,5 millones de euros al Banco de Luxemburgo.

La Fiscalía pide condenar a Arantxa y a Santacana por un presunto delito de alzamiento de bienes o insolvencia punible: reclama cuatro años de cárcel y 8.640 euros de multa para ambos, además de 6,1 millones en responsabilidad civil; y tres años y medio de prisión y multa de 7.560 euros para los cómplices.

Sin duda la de este matrimonio es una de estas historias que parecen no tener fin y que tantos quebraderos de cabeza le ha dado a la extenista durante los últimos tiempos. Sin embargo, Arantxa ha hecho las maletas y ha decidido regresar a Barcelona para estar al lado de sus seres queridos en estos momentos tan difíciles para ella.

La protagonista ha sido vista paseando por la Ciudad Condal junto a sus dos hijos y ha confesado lo siguiente: “He venido a pasar las fiestas con la familia, con mi madre, a disfrutar de las fiestas”. Desconectando de todo y disfrutando de la compañía de sus hijos, la extenista no ha querido conceder más declaraciones y ha continuado con la ruta establecida.