Exclusiva
La crónica de Mariñas: Así fue mi relación íntima con Rafael Amargo
“Nos aprovechamos el uno del otro. Débil es la carne”
Han pasado muchos años y apenas lo recuerdo. Veo que el asunto que revelé en su día sigue dando que hablar y todo se distorsiona. Fue uno de tantos amiguetes cuando aún no era quien es. Con la perspectiva de los años transcurridos, pienso, creo y sostengo que nos aprovechamos el uno del otro. Suele ocurrir porque débil es la carne. No fue más que sexo, atracción física, un pasatiempo, solo dos o tres veces.Tonteamos como con otros muchos. Para ninguno tuvo traumas, consecuencias ni impacto emocional. La cosa, el capricho o distracción era simplemente física porque débil es la carne, y más en plena juventud.
¿Qué les voy a decir que ustedes no sepan? Es lo que hoy supongo y mantengo. Tampoco fue para tanto. Me sorprende, alarma o casi desconcierta que hoy cause revuelo o casi escándalo cuando lo acusan de narcotráfico y ya nada nos espanta. Ha pasado el tiempo y me causa risa especialmente lo de que Rafa –hoy supuesto cerebro de un grupo de traficantes– fuese menor de edad cuando ya bailaba haciéndole palmas a La Chunga en el Café de Chinitas donde, por la noche, no podían trabajar con menos de 18 años. Aún no sé a qué viene el follón. Me choca porque parece tardío, extraño, cansino y hasta deprimente. Fue quizá en unos locales de San Bernardo, con intermitencias, muy de tarde en tarde y pocas veces. Dos o tres. Luego dejamos de vernos, y santas pascuas. No hemos tenido más, ni siquiera relación telefónica. Estaba olvidado –no cabía otra– hasta ahora, que lo han resucitado. Se ve que no hay temas más interesantes, y lo digo yo, que vivo de los demás y de sacarle punta a las cosas. Podría revelar asuntos más importantes, pero respeto a sus protagonistas. Todo siempre en su tiempo y sin despropósitos alimentados por el morbo, tal como ahora parece. He caído en mi propia trampa y actualizan lo que dije nada menos que ¡en 2009! Qué cosas.
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