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Miguel Bosé contra Nacho Palau: la hora de la verdad

El juicio entre las dos partes se celebra mañana en Pozuelo de Alarcón. El secretismo es total y no se sabe si el cantante aparecerá personalmente

Miguel Bosé y Nacho Palau, en una imagen de archivo / Gtres larazon

Olfo Bosé no se equivoca cuando afirma que su tío Miguel ha cambiado porque se ve solo. Hasta su sobrina nieta, Dora Postigo, la hija de la fallecida Bimba, se desentiende del cantante y asegura que no son familia. Los apoyos escasean y el cantante ve con preocupación el posible desenlace del juicio contra su ex pareja, Nacho Palau, que se celebrará este lunes en Pozuelo. Nadie sabe si Bosé aparecerá o declarará por videollamada. El proceso fue iniciado por Nacho poco después de romper una relación sentimental de 26 años con el artista, con la intención de pedir el establecimiento de medidas paterno filiales de hijos no matrimoniales. Además, se exige una acción subsidiaria para el reconocimiento y fijación de un derecho de allegados, medidas urgentes para el establecimiento de visitas y alimentos. Si el juez determina que los cuatro hijos de la ex pareja son de los dos, deberán vivir lo más cerca posible. Biológicamente, Diego y Tadeo son hijos de Miguel Bosé , mientras que Ivo y Telmo lo son de Nacho. Pero sus progenitores decidieron tenerlos «juntos».

Miguel Bosé, con sus hijos Tadeo y Diego, en la premiere de Godzilla, en Hollywoodlarazon

El abogado de Palau, José Gabriel Ortolá, deja claro que «el objetivo para mi cliente es que los cuatro hermanos mantengan la relación filial, tengan los mismos derechos y el mismo nivel de vida que llevaban antes de la separación de sus progenitores». Fuentes cercanas desmienten a LA RAZÓN un rumor propagado en los últimos días, que indica que Palau podría solicitar que se le realicen pruebas psiquiátricas a su ex.

La situación económica de Palau es mala. El escultor no encuentra futuro en su profesión, y desde que se separó ha tenido que trabajar en diversos oficios. Es más, vive en la casa de su madre, en el pueblo valenciano de Chiva, con sus hijos. Una vida sin lujos.

Bosé, ajeno a esta situación, no quiere saber nada del hombre al que tanto quiso, aunque transigió este verano al traer a sus hijos a España. Parte de las vacaciones las compartieron los cuatro con Nacho y su abuela en tierras levantinas, y el resto con la familia de Miguel en Madrid.

Miguel Bosé junto a sus dos hijoslarazon

Una fuente cercana a éste último, Juan T. desvela a «Pronto» que «el reencuentro entre los cuatro hermanos fue muy emotivo, estaban deseando verse, habida cuenta de que dos de ellos residen en México y los otros dos en Valencia. Están en contacto por Internet, pero apenas se ven, a todos les gustaría que sus padres llegaran a un acuerdo en el juzgado para vivir cerca los unos de los otros. El problema es que Miguel no quiere abandonar México, y Nacho tampoco está dispuesto a trasladarse a la capital azteca con sus hijos. Al final, los verdaderos perdedores de este enfrentamiento son los críos».

Hace unos días, Palau hacía unas declaraciones en el programa «Hormigas blancas» dedicado a la familia Bosé: «Cada vez que los cuatro niños se juntan son inmensamente felices». Confesó que su situación económica «es bastante apurada» y la relación con Miguel, inexistente. Mientras el escultor y sus hijos llevan una vida sencilla y con ciertas necesidades, el artista y los suyos residen en una de las urbanizaciones más lujosas de la capital azteca, en la zona de Interlomas, en un chalet con piscina y amplia parcela, y seguridad privada las veinticuatro horas. Christian García, presidente del club de fans oficial del cantante en ese país, asegura que «si vive en esa urbanización tan vigilada es porque le molesta que le molesten, es muy celoso de su intimidad».

Miguel BoséLa Razón

El mismo Miguel ha declarado que «se acabaron los excesos del pasado, bebía, fumaba y... Ahora soy feliz con mis niños, en casa, con una cerveza en la mano». La muerte de su madre, Lucía, por coronavirus, fue un duro golpe. Estaban muy unidos, a pesar de que discrepaban en lo que se refería a los cuatro niños, a los que ella consideraba sus nietos por igual. En Chiva todos conocen a Palau. Y le aprecian. Uno de sus vecinos, Chimo, elogia su «comportamiento como padre. No parará hasta que los cuatro niños estén juntos de nuevo».