Miguel Bosé
Nacho Palau y Miguel Bosé: todo sobre un juicio que hará historia
El cantante afronta un juicio que determinará si los dos hijos que tuvo cada uno por maternidad subrogada durante su convivencia forman parte de la misma familia y son hermanos legalmente
Dos años después de romper su relación, Miguel Bosé afronta el próximo día 19 el juicio en el que se dirimirá la demanda de reclamación de filiación no matrimonial planteada por su ex pareja, Nacho Palau -con el que convivió durante 26 años-, con la que el escultor valenciano reclama a la Justicia que reconozca que los cuatro hijos que tuvieron por gestación subrogada hace nueve años -de dos de ellos es padre biológico el artista y de los otros dos, Palau- son fruto de un proyecto familiar, por lo que deben ser considerados hijos comunes de ambos.
Al margen de la expectación que genera la controversia por la dimensión pública de Bosé -que siempre se ha mostrado extremadamente celoso con su vida privada, hasta el punto de que, cuando tras su ruptura sentimental Palau anunció la interposición de la demanda en octubre de 2018, nada se sabía de su relación- la cuestión planteada por la ex pareja del cantante es pionera, porque la maternidad subrogada sigue sin estar regulada en España.
De hecho, la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida deja claro en su artículo 10 que la gestación por sustitución, con o sin precio de por medio, es nula de pleno derecho. Como suele suceder en tantas otras ocasiones, la ley va unos cuantos pasos por detrás de la realidad social.
Expertos en Derecho de Familia consultados por este periódico recuerdan que cuando se redactó, esta ley “no se centraba en parejas homosexuales, sino en aquellas heterosexuales que no podían tener hijos”. Pero la sociedad iba mucho más deprisa y pronto se planteó la situación de mujeres que deseaban afrontar la maternidad en solitario y recurrían a un donante anónimo y, más adelante, también de parejas de mujeres lesbianas que querían recurrir a esas técnicas de reproducción asistida para formar una familia.
Los obstáculos legales
El problema que surgía entonces era que la mujer que no era la madre biológica del recién nacido no podía inscribirse también como madre de ese hijo. Es entonces cuando el legislador se da cuenta de que hay que equiparar a las parejas homosexuales con las heterosexuales en este ámbito. Pero lo que no regula es la situación que se crea cuando los protagonistas son dos hombres, que obviamente no pueden acogerse a esas técnicas en primera persona. ¿La solución? Irse al extranjero para ser padres por maternidad subrogada en un país donde esté permitido. A esa posibilidad se acogieron Bosé y Palau (ante la imposibilidad de una posible adopción por la edad del cantante), que recurrieron a una madre de alquiler en Estados Unidos (las dos parejas de mellizos nacieron, de hecho, con apenas seis meses de diferencia).
Bosé y su entonces pareja, que residían entonces en Madrid, afrontaban un riesgo evidente: la inseguridad jurídica existente en España al no estar regulada la gestación subrogada. Pero no fue hasta su separación en 2018 cuando afloraron todas esas dificultades al regresar Palau a España con los dos hijos menores, Ivo y Telmo, y afincado ya en México el cantante con los dos mayores, Diego y Tadeo, sus respectivos hijos biológicos.
Al ser ilícita la maternidad subrogada en España, ¿qué pasa ahora con esos menores que han nacido fuera de nuestro país? Desde el punto de vista registral, explican las fuentes consultadas, de hecho si la filiación está reconocida en una sentencia en un país extranjero se puedo reconocer en el Registro Civil. Pero en este caso no se trata de declarar la filiación de Palau sobre sus dos hijos biológicos, sino en relación a los mellizos que tuvo Bosé a través de un vientre de alquiler. Y, del mismo modo, que los hijos de Palau sean declarados hijos del artista.
La pretensión de Palau, además, tiene otras implicaciones personales y económicas, pues su defensa, que ejerce el despacho valenciano Ortolá Dinnbier reclama a la Justicia que, en caso de reconocer esa filiación sobre los cuatro menores, fije las correspondientes medidas de custodia, régimen de visitas y de contribución al sostenimiento económico de los niños.
La clave: determinar si querían tener hijos en común
Lo realmente relevante, en todo caso, será determinar cuál fue la intención de ambos progenitores respecto a la descendencia de cada uno. Es decir, si querían o no tener hijos en común. Para acreditar ese extremo, además del testimonio de personas que puedan acreditar si eran o no una familia, la defensa de Palau debería esgrimir, por ejemplo, las ocasiones en que Bosé ha compartido fotos en Instagram de los cuatro niños, a los que se refería como sus hijos (como en Disneyland en 2017).
No obstante, la ex pareja de Bosé es consciente de esa “ocultación de la realidad” -que nunca admitió públicamente que tenía esos cuatro hijos con otra persona- es una dificultad añadida para intentar acreditar esa filiación común.
Palau declarará en calidad de demandante y ese interrogatorio a las partes incluye también la comparecencia de Miguel Bosé como demandado, aunque está por ver si el cantante acude a esa cita.
Para Palau resulta indiscutible que la pareja y los cuatro menores formaban parte de “un proyecto vital común”, apuntan fuentes de su entorno. Se trata, defenderá su representación jurídica, de lo que en Derecho se conoce como la “posesión de estado”, es decir, que existía una unidad familiar más allá de la imagen pública que proyectaba Bosé, en la que Palau siempre estuvo ausente.
De ahí que el objetivo de la ex pareja del cantante sea demostrar al juez que la gestación subrogada de las dos parejas de mellizos fue el fruto “de un proyecto común de una pareja de hecho” al margen de que no se inscribieran como tales en el estado de California ante la inseguridad jurídica que planteaba trasladar esa inscripción registral a España.
El interés de los menores, prioritario
Pero la decisión judicial deberá tener en cuenta, sobre todo, el interés de los menores. Subsidiariamente, la defensa del escultor valenciano ha solicitado en su demanda que se les considere “allegados” (el reconocimiento judicial a una persona a no perder el contacto, tras una separación, con los hijos de su ex pareja con los que ha convivido y ha establecido vínculos de afecto). Pero tal posibilidad, según exponen fuentes cercana a Palau, constituiría un “mal menor”, porque en ese caso el futuro de los cuatro menores, que hasta la separación de Bosé y el escultor siempre habían convivido bajo el mismo techo, “no será el mismo”.
“Han sido hermanos desde que nacieron y deben seguir siendo hermanos con mayúsculas, legalmente”, insiste Palau según fuentes de su entorno, que insisten en que la ex pareja del cantante solo pretende “defender el interés de sus cuatro hijos”.
Un precedente para demostrar la paternidad “emocional y social”
A la hora de rastrear en busca de antecedentes similares, entre ese páramo jurisprudencial descuella una sentencia de la Sala Civil del Tribunal Supremo que el 15 de enero de 2014 reconoció a una mujer homosexual la filiación sobre un menor que tuvo su ex pareja por reproducción asistida. Tras diez años de convivencia, el Alto Tribunal reconoció que la demandante había ejercido también como madre del menor, acreditándose por tanto esa “constante posesión de estado” que exige el Código Civil y el “interés legítimo” de la mujer al reclamar el reconocimiento de la filiación. Ambas, subrayaban los magistrados, habían decidido de común acuerdo recurrir a la técnica de reproducción asistida en el seno de la unidad familiar.
Un precedente al que se agarrará la defensa de Palau para intentar demostrar que, más allá de la paternidad biológica, la paternidad desde el punto de vista “emocional y social" estaba fuera de toda duda, y conseguir así el reconocimiento judicial de que los cuatro menores son legalmente hijos de Bosé y del escultor valenciano.
Una decisión que, al margen del revuelo mediático, puede sentar un precedente para futuras situaciones análogas. En todo caso, el recorrido judicial de esta demanda será largo y lo más probable es que el asunto llegue hasta el Tribunal Supremo. Y es que la pretensión de la defensa de Palau es que la Justicia proteja las relaciones familiares de esos cuatro niños y que declare, en consecuencia, lo que entiende es ya una realidad social, aunque la legislación no lo haga.
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