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Los boleros del desamor de Enrique Ponce
El torero, cuya ruptura matrimonial se ha conocido esta semana, está grabando un disco con Luis Miguel
Una ruptura a ritmo de bolero, un triángulo amoroso que daría lugar a las letras de cientos de canciones, y un asesor musical de tronío, el mexicano Luis Miguel. Enrique Ponce está grabando boleros y temas románticos al amparo de su amigo azteca, y dicen que su voz es pareja con su valentía en los ruedos. Vamos, que se le da muy bien y no sorprende su vocación musical, ya que en más de una ocasión ha deleitado a sus familiares y amigos en numerosas celebraciones.
Su separación de Paloma Cuevas no ha pillado por sorpresa a los íntimos de la pareja, pero nadie esperaba la presunta relación del torero con Ana Soria, una joven estudiante de Derecho con la que se le vio hace apenas una semana en una localidad costera del sur de España.
Existe una gran expectación por conocer los títulos del disco que está preparando Ponce y si las canciones que hablan de amor van dirigidas a Soria y las de desamor a la mujer con la que tiene dos hijas , Paloma y Bianca, y con la que ha compartido veinticuatro años. Según su círculo cercano, el álbum podría incluir algún dueto con «El Sol» y también con Julio Iglesias.
No es la primera vez que Enrique incursiona en el mundo de la música, puesto que en 2010 ya colaboró con sus amigos del grupo Materia prima, los hermanos Pedro y Juan Fernández de Valderrama, en el tema «Tus besos». Y no dudó en subirse al escenario con ellos en un concierto del grupo en el madrileño Teatro Calderón. Ponce es un gran aficionado a la música y tampoco se lo pensó dos veces para cantar a dúo con Antonio Banderas en la fiesta de cumpleaños que el actor malagueño celebró en Marbella en 2016, así como en la boda de su cuñada Verónica Cuevas, en 2014. No obstante, este año, Ponce celebra el treinta aniversario de su alternativa en los ruedos, y no consta que tenga intención de retirarse. Con respecto a la joven que parece ocupar su corazón, un amigo próximo asegura a LA RAZÓN que «es una mujer muy guapa que trae locos a los chicos. Solamente le he conocido una relación, que no llegó a durar más de un año. Hace unos meses la escuché comentarle a una amiga común que se estaba viendo con el torero, pero no pensé que fuera en serio. Su padre, Federico, es un abogado conocido de Almería, muy respetado, y entre sus amigos íntimos se encuentra Baltasar Garzón».
Dolores, otra amiga de la familia paterna de Ana Soria, afirma que «es una familia de guapos, tanto el padre como sus hermanos tenían mucho éxito, además de venir de una buena familia y con dinero».
Un secreto a voces
La amistad de Ponce y Ana no era ningún secreto. En pueblos de Almería como Garrucha, Aguadulce o Mojácar les han visto disfrutar sin esconderse de almuerzos, tardes en terrazas y noches de discoteca. Ahora se especula con que comenzaron a relacionarse por las redes sociales en 2018, cuando ella le manifestó su admiración, y que Paloma Cuevas empezó a sospechar que podía haber otra mujer en la vida de su marido desde hace apenas un año.
El viernes por la tarde me comuniqué personalmente con Paloma y la noté muy tranquila. Me dio la impresión de que la noticia no la pillaba por sorpresa, aunque afirma que son «momentos muy difíciles».
El periodista Jesús Manuel Ruiz dejó entrever en «Sálvame» que Enrique Ponce está tan enamorado de la futura abogada que ya estaría pensando en casarse con ella en cuanto se formalice el divorcio con la madre de sus dos hijas. Pero, personalmente, me cuesta mucho creer que será así.
Víctimas colaterales
Fue Fue Victoriano, Nano, Cuevas Díaz, más conocido como Victoriano Valencia (en la imagen) y padre de Paloma, quien presentó a su hija a Enrique Ponce. Se cuenta que antes fue Ortega Cano quien bebía los vientos por una joven y bellísima Paloma, pero el de Cartagena era veinte años mayor y aquello no cuajó. Victoriano se convirtió en apoderado de Ponce y, en todos sus años de relación profesional, veía en el torero a un hijo. Enterarse de la ruptura matrimonial ha sido un durísimo golpe para el octogenario y su mujer. El matrimonio se encuentra en la finca que Ponce posee en la localidad andaluza de Navas de San Juan. Allí está también Paloma, volcada en sus hijas y en sus padres. Ella desmiente que el divorcio ya esté firmado, como algunos medios aseguran. Hoy recuerda aquel día en el que vio torear por primera vez al que sería su marido. Fue una tarde aciaga y llena de pitos. Victoriano y su hija se encontraban en la plaza, y ella le pidió a su padre que «ayudara» a ese chico. Y así lo hizo. Casi tres décadas de apoderamiento y cariño, de alegrías y tardes de gloria taurina, también de cornadas y penas. Sin embargo, el dolor por la ruptura de Paloma y Enrique parece ahora insuperables.