Restaurante “Marlene”, alta gastronomía en Lisboa.

Quédense, los amantes de la buena gastronomía, con este nombre: Marlene Vieira.

Estas primeras palabras valen tanto para iniciar estos párrafos como para ser un resumen o final de lo que pretendo escribirles.

Esta prestigiosa chef portuguesa está al frente, entre otros proyectos, de un espectacular restaurante (Marlene) situado junto a la terminal de cruceros de Lisboa.

Se puede afirmar que lo que vamos a encontrar es un reflejo de su filosofía de vida, de sus memorias y de su forma de entender la cocina, argumentado en una singular fusión entre tradición e innovación. El toque personal de esta cocinera es evidente en cada plato.

Todo el local es un espacio que envuelve nada más entrar, ideal para “cocinar” experiencias únicas e irrepetibles (con una gran isla, como cocina, con los comensales alrededor).

Iluminación, decoración, mobiliario, diseño, … consiguen crear una agradable y acogedora atmósfera. Todo está estudiado, como impecable escenario que es, para la función -en este caso gastronómica- que nos espera.

En su cocina se aprecia atrevimiento, valentía, experiencia, originalidad, una técnica depurada, una preocupación por agradar en cada elaboración, una dosis –no pequeña- de rebeldía, una modernidad respetuosa con el pasado, bonitos emplatados y mucha, pero mucha, personalidad.

He escrito anteriormente, y con razón, la palabra experiencia. Y es que la juventud de Marlene Vieira (www.marlenevieira.pt) no está reñida con una contrastada y dilatada práctica de muchos años.

La escuela de Hostelería de Santa María de Feira o restaurantes en Nueva York y en hoteles cinco estrellas portugueses, han ido madurando y esculpiendo una resuelta vocación cocinera que nació a muy temprana edad. Una pasión a prueba de todo tipo de obstáculos.

Puede decirse que el restaurante Marlene (www.marlene.pt) es su sueño hecho realidad, nacido para lograr aún cotas más altas.

Cierto es que el gran libro rojo de la gastronomía mundial ya ha puesto sus ojos en él. Seguro que ese suspirado y apreciado firmamento contará en un futuro no lejano con alguna estrella más. Razones, hay de sobra.

Estamos ante uno de esos restaurantes en los que, por mucho que se escriba, las palabras no llegan a condensar lo que supone la “experiencia Marlene”. Desde luego, su trabajo en fogones, no deja indiferente.

Por tal razón, apenas pretendo plasmar en estos párrafos unos pequeños trazos. No me gustaría, bajo ningún concepto, romper esa capacidad de asombro, tan importante para el comensal que decida “jantar” en este restaurante. La sorpresa, siempre positiva, está asegurada a través de cada uno de sus “momentos”.

Madrid Fusión decía de ella que “tiene el don de reinventar la cocina portuguesa”. Una acertada manera, a mi entender, de definirla.

Si todo esto causa una agradable sensación en el comensal, imagínense, como fue el caso de mi última visita a este templo del buen comer, si además ese día se incorporaba a cocinas la magia del chef italiano Enrico Marmo (1 estrella Michelin en su restaurante Balzi Rossi). Una especie de inigualable "mano a mano", calificable como espectacular, que contó con la presencia de otro protagonista, en este caso vitivinícola, llamado Niepoort (www.niepoort-vinhos.com) .

Sean, pues, bienvenidos siempre al espectáculo gastronómico Marlene.