Consejos
¿Qué deben hacer los profesores en casos de bullying?
Con demasiada frecuencia aparecen niños, adolescentes y jóvenes que son víctimas del maltrato de sus compañeros de escuela, aquí cinco consejos
El acoso escolar es un problema cada vez más frecuente (o, al menos, más visible). Con demasiada frecuencia aparecen en las portadas de los diarios casos de niños, adolescentes y jóvenes que son víctimas del maltrato de sus compañeros de escuela. Lo peor de todo es que en la mayoría de los casos las víctimas sufren en silencio y a veces los profesores y padres ni siquiera se dan cuenta.
Por suerte, al contrario de lo que algunos podrían pensar, la mayoría de los profesores no tienen la intención de lavarse las manos o mirar hacia otro lado ante el acoso escolar. Un estudio a gran escala realizado por investigadores de la Johns Hopkins University descubrió que el 98% de los profesores y el personal de apoyo educativo piensan que es parte de su trabajo intervenir cuando descubren un caso de intimidación. Sin embargo, solo el 54% ha recibido información sobre cómo comportarse o sobre la reglamentación que se aplica el colegio, lo cual nos indica que aún hay mucho camino por andar a nivel institucional
Cinco consejos para los profesores que deben enfrentarse al acoso escolar
Muchos niños no se atreven a hablar con un adulto porque, muchas veces, la protección que reciben del centro es insuficiente y la violencia puede aumentar si piden ayuda. Por eso, lo primero que tiene que suceder es que exista un protocolo eficaz en el centro que proteja de verdad a las victimas. Y en el que el alumnado se involucre y no mire hacia otro lado. Para ello, la educación
1. Tratar a los estudiantes con respeto
Faltarles el respeto a los estudiantes no brinda un buen ejemplo, al contrario, les transmite el mensaje de que quienes tienen el poder pueden usarlo contra los más débiles. También es importante que los maestros se muestren abiertos y disponibles, de manera que si un estudiante es víctima del acoso, se sienta lo suficientemente cómodo y seguro como para confesar lo que sucede.
2. Planificar actividades que condenen el acoso y prevenir situaciones
Enseñar el plan de estudios es importante pero de vez en cuando, sobre todo para educar en valores, es necesario recurrir a soluciones más originales que se salgan del guión curricular. Por ejemplo, existen muchos libros, películas y programas de televisión que sirven de base para discutir el impacto del acoso escolar y, de paso, lograr que los estudiantes puedan desarrollar empatía con la víctima. Es importante no limitarse a un análisis meramente cognitivo sino profundizar en las heridas emocionales que deja el bullying.
3. Detener inmediatamente la intimidación
Si el maestro es testigo de una situación de acoso, debe detenerla inmediatamente. Es importante que los estudiantes sean conscientes de que los profesores no permiten que otros niños o adolescentes sean maltratados y sepan que las víctimas cuentan con el apoyo de las instituciones. En estos casos, se recomienda que el maestro imponga su autoridad y que no intente mediar, como si se tratara de un simple conflicto, ya que en los casos de acoso siempre existe una gran desproporción de poder y el intento de mediar a menudo solo sirve para que la víctima se sienta aún más indefensa y expuesta.
4. Hablar con el agresor en privado
Lo primero, hay que detectar a los agresores. En muchos casos, los agresores son niños o adolescentes que provienen de hogares disfuncionales, donde se aceptan y se ponen en práctica diferentes formas de violencia. En otros casos, el propio agresor fue en otro momento una víctima del bullying y su comportamiento violento es su forma de defenderse. Por eso, es importante hablar con ese estudiante en privado, intentando comprender por qué se comporta así. Si el maestro detecta que tiene problemas para controlar la ira o muestra conductas disfuncionales, lo ideal sería que lo remitiera a un psicólogo.
5. Notificar lo ocurrido y darle seguimiento
Los maestros deben reportar los casos de acoso al director de la escuela, y también es conveniente que se lo comuniquen a los padres de todos los implicados, tanto la víctima como el agresor. De hecho, a menudo los padres no están al tanto de los comportamientos de sus hijos, pero son una pieza clave para resolver ese conflicto. También es importante que el profesor se mantenga atento a cómo se desenvuelve la situación y que tenga en cuenta que normalmente el acoso se produce cuando los estudiantes están sin supervisión escolar.
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