Familia
¿Por qué necesitamos el sentido del humor?
Sin duda, esta capacidad y la risa como su máxima expresión, es una de las experiencias más placenteras para el ser humano.
¿Qué importancia tienen las emociones positivas y cuál es su estudio dentro de la Psicología? ¿Qué nos aporta este conocimiento? ¿Podrían estas emociones ejercer un impacto importante sobre nuestra salud física? La Psicología Positiva, definida como: “El estudio científico del funcionamiento humano óptimo” (Ken Sheldon, Barbara Frederickson, Kevin Rathunde, Mike Csikszentmihalyi, Jon Haidt, 1999) puede responder a estas y otras preguntas relacionadas con el bienestar.
Una de las emociones más estudiadas dentro de esta corriente es el sentido del humor. Para Martin Seligman, gran investigador y divulgador de la Psicología Positiva, es una de las fortalezas del ser humano. Sin duda, esta capacidad y la risa como su máxima expresión, es una de las experiencias más placenteras para el ser humano. Pero definir el humor puede resultar complejo, al tratarse de una cualidad con tantos matices diferentes que lo que provoca la carcajada en unos, para otros puede ser indignante y ofensivo. Factores culturales, individuales y momentos sociales, están a la base de dichas diferencias. Veamos algunas funciones sociales del humor:
Críticas sociales
Desde un punto de vista psicológico, podemos decir que no es casualidad que el humor esté representado en todas las artes de varias culturas y civilizaciones. Antes del medievo, los bufones podían expresar al rey la cruda realidad a la que la sociedad se enfrentaba. Mediante la burla, podían criticar y cuestionar las acciones de los más poderosos haciendo tomar conciencia atreviéndose a decir cosas que nadie podía permitirse.
El tiempo ha pasado y las cosas han cambiado, sin embargo, esto no es muy diferente de lo que ocurre hoy en día. El humor tiene la función social de canalizar deseos, incomodidades, podemos “ser malos” si decimos las cosas con humor, decir cosas que de otra manera resultarían desagradables. Como podemos ver, es una excelente vía para tratar tabúes sociales.
Relaciones grupales, el poder de la risa
La risa es un fenómeno universal y disminuye el estrés y la ansiedad. Reconocida en cualquier lugar del mundo, poseemos esta capacidad desde el nacimiento, incluso siendo sordos o ciegos sin haber escuchado ni visto a nadie reírse, lo haremos. Esto es así entre otras cosas porque es un buen método para mejorar la cohesión social dentro del grupo, fomentar relaciones sociales, compartir valores y fortalecer los vínculos con otras personas. Sin lugar a dudas, esta actitud nos acerca a otras personas y nos hace parecer más atractivos.
Desde el punto de vista psicológico y a nivel individual, sus beneficios son incuestionables. Algunas funciones son:
Efectos directos sobre nuestra salud física
El Doctor Lee Berk, profesor de patología en la Universidad de Loma Linda, en California, realizó una serie de estudios que incluían el análisis de muestras de sangre en sujetos antes y después de visionar vídeos cómicos y los compararon con las de un grupo que no los visionó. Berk descubrió importantes reducciones en las concentraciones de hormonas de la tensión y un incremento en la respuesta inmune de quienes vieron los videos.
El sentido del humor fomenta el buen ánimo que ayuda a sobrellevar una enfermedad y previene algunas enfermedades mentales como la Depresión. Contribuye a tener una percepción menor de dolor subjetivo y es potenciador de otras emociones positivas.
Poner distancia con lo que nos agobia o asusta
El sentido del humor es una poderosa defensa para manejar situaciones o realidades sociales que nos agobian y estresan. Además de distanciarnos emocionalmente de algo que nos perturba, permite conectarnos con una agradable sensación de control e invulnerabilidad. Los chistes sobre desgracias propias o ajenas, algunos encajados dentro del llamado humor negro, es un buen ejemplo de ello. Al bromear convertimos algo doloroso en “una tontería”, relativizamos y afrontamos la vida de otra manera.
Como vemos, el humor es un bálsamo contra la vergüenza en los primeros contactos sociales, un poderoso antídoto contra el miedo al ridículo y un excelente aliado en nuestra salud física y mental.
María Victoria Sánchez, Psicóloga y Directora de Grupo Laberinto