Psicología
Esto es lo que no debes decir a alguien con ansiedad
Cerca del 6,7% de la población española ha experimentado algún trastorno de ansiedad en el último año, afectando especialmente a los jóvenes y a las mujeres
La ansiedad es un trastorno cada vez más común en España y afecta seriamente la vida diaria de muchas personas. Según datos del Ministerio de Sanidad, alrededor del 6,7% de la población española ha experimentado algún trastorno de ansiedad en el último año, afectando especialmente a los jóvenes y a las mujeres. Factores como el desempleo, la incertidumbre económica y el uso constante de redes sociales contribuyen a esta problemática. Aunque familiares y amigos suelen intentar ayudar, ciertas expresiones bien intencionadas pueden ser contraproducentes. A continuación, hemos recopilado algunas frases que es mejor evitar y qué puedes decir en su lugar para brindar un apoyo más efectivo.
1. “Tranquilízate”
Durante un ataque de ansiedad, tranquilizarse es precisamente lo que resulta más complicado. Decirle a alguien que se “tranquilice” o “relaje” puede hacer que se sienta incomprendido y presionado, intensificando su angustia.
Es más útil ofrecer apoyo concreto. Propón actividades juntos que puedan calmar la ansiedad, como salir a caminar, meditar o realizar alguna actividad física. Acompañar en estos momentos puede ayudar a que la persona sienta que no está sola y facilitar su relajación sin imponerle una solución.
2. “Son cosas tuyas”
Frases como “son cosas tuyas” o “todo está en tu cabeza” invalidan la experiencia de la persona y pueden hacerla sentir culpable por su ansiedad. La ansiedad no es solo un estado mental, sino que tiene manifestaciones físicas como sudoración, mareos y dificultad para respirar, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Reconocer lo que está pasando ayuda a que la persona se sienta comprendida. Expresiones simples como “Estoy aquí para ti” o “Lo superaremos juntos” suelen ser de mayor ayuda. También es importante preguntar si la persona prefiere espacio o contacto físico, como un abrazo, que podría reconfortarla.
3. “Estás exagerando”
Decir que alguien “exagera” al sufrir ansiedad no solo muestra falta de comprensión, sino que también puede hacer que la persona sienta vergüenza por sus emociones. La ansiedad puede ser intensa y difícil de controlar, y no es algo que alguien pueda simplemente “superar”.
Aceptar la experiencia de la persona es crucial. Puedes decir algo como “Entiendo que esto es muy duro para ti” o “Parece que te sientes abrumado/a”. Validar sus emociones sin juzgarlas es una manera de fortalecer la comunicación y ofrecer apoyo.
[[H2:4. “Deberías…”]]
Sugerencias como “deberías salir más” o “deberías hacer yoga” pueden sonar condescendientes y no siempre son útiles, especialmente durante un momento de ansiedad aguda. La persona probablemente ha intentado diferentes técnicas para mejorar su situación, pero la ansiedad requiere un abordaje profesional en muchos casos.
Es mejor preguntar a la persona cómo puedes ayudarla en ese momento. Preguntas como “¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?” o “¿Cómo puedo ayudarte en este momento?” le dan la oportunidad de expresar sus necesidades específicas.
5. “No es para tanto”
Para alguien que sufre ansiedad, hasta las situaciones cotidianas pueden volverse abrumadoras. Decir “no es para tanto” puede hacer que se sienta incomprendido/a y aislado/a, incrementando la ansiedad en lugar de aliviarla.
Dale espacio para hablar de sus preocupaciones sin minimizar sus emociones. Puedes decir “Sé que esto es importante para ti” o “Estoy aquí para escucharte”. Estas frases muestran empatía y apertura, lo que puede contribuir a que la persona se sienta más segura.
6. “Eres demasiado sensible”
La ansiedad suele estar influenciada por factores externos y genéticos que escapan al control de la persona, según estudios del Instituto Nacional de Estadística (INE). Factores como el historial familiar y eventos traumáticos pueden aumentar la vulnerabilidad a este trastorno, y la sensibilidad emocional no es algo que deba ser criticado.
En lugar de cuestionar su sensibilidad, valida sus sentimientos. Una frase como “Es normal que te sientas así” puede ayudarle a sentirse aceptado/a y comprendido/a.
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