La presidenta andaluza, que lanzará su candidatura el próximo día 26 en Madrid, es la candidata que más se juega en las primarias ya que está al frente del principal bastión del voto socialista en España.

Anunciará el 26 de marzo en Madrid su intención de concurrir a las primarias por la Secretaría General del PSOE. De los tres aspirantes es la candidata que más se juega: una derrota dejaría tocado su perfil de «ganadora», lo que pondría en riesgo su continuidad al frente de la Junta, y una victoria supondría iniciar el proceso de sucesión, haciendo peligrar el principal bastión de voto socialista en España.

Carrera a tres

Susana Díaz entrará en la pugna por el liderazgo del PSOE el próximo domingo 26 de marzo con un acto multitudinario con militantes en Madrid. El anuncio de su candidatura se confirma, por parte de su entorno, con dos semanas de antelación y un mes después de que anticipara en otro evento con alcaldes en la capital que tenía «fuerza, ganas, ilusión y le encanta ganar». Unas declaraciones que se interpretaron como el augurio de un paso adelante inminente. De esta forma, la presidenta andaluza se convertirá en la tercera contendiente en la carrera por hacerse con las riendas de Ferraz, en la que Pedro Sánchez y Patxi López llevan ya meses. Desde el entorno de Díaz se advierte que la «competición» no empezará oficialmente hasta que se convoque el Congreso –en un Comité Federal a principios de abril–, por lo que sus dos adversarios llevan semanas «corriendo solos en la pista», lo que, a su juicio, sólo conlleva «desgaste». Estas mismas fuentes confían en que la entrada de Díaz en la pugna supondrá un revulsivo de «ideas y proyecto» frente a la uniformidad de discurso de Sánchez y López y ayer ya comenzaron a movilizarse en las redes sociales bajo el eslogan «Susana ilusiona».

El momento

Mucho se ha especulado sobre el momento idóneo para anunciar la candidatura de Díaz. En las últimas semanas había cobrado fuerza la idea de hacerlo público a finales de marzo, ante la inquietud que estaba despertando entre sus partidarios la pausa que la presidenta estaba imprimiendo a los tiempos. Finalmente, la líder andaluza ha desoído a quienes le recomendaban esperar a que se convocara formalmente el Congreso para dar imagen de «seriedad» y «cumplir con la normativa del partido» –una tesis que también se barajó desde su entorno– y ha optado por adelantar unas semanas el anuncio. El momento no es baladí, pues se producirá sólo un día después de que el PSOE apruebe en su Foro Político las bases de la ponencia marco del Congreso. «Ella siempre dijo: ‘Primero el qué –las ideas y el proyecto– y luego el quién –las personas’. El día 25 acaba el debate de las ideas», argumentan fuentes del PSOE-A. Además, se da la circunstancia de que Eduardo Madina, que tendrá un papel esencial en la candidatura de Díaz, es el coordinador de los trabajos políticos de esta ponencia, por lo que para evitar cualquier suspicacia en cuanto a posibles injerencias se ha preferido esperar a que éstos estuvieran acabados.

El lugar

También para marcar distancias respecto a sus obligaciones al frente de la Junta se ha elegido Madrid como emplazamiento para albergar el pistoletazo de salida de la candidatura. «No queríamos que fuese en Andalucía ni en un acto como presidenta», señalan. Inicialmente se barajó Castilla-La Mancha, pero finalmente se ha optado por la capital como el enclave más propicio e «institucional» para anunciar su intención de competir por la Secretaría General. Aunque todavía no se ha elegido el recinto concreto, desde su entorno anticipan que será un encuentro con «mucha gente» y especifican que serán «militantes», en contraposición con los actos de Pedro Sánchez en los que no se asegura que quienes asisten tengan derecho a voto en las primarias.

Ganar o ganar

La presidenta andaluza es la candidata que más se juega en el proceso de primarias. Frente a un Pedro Sánchez «sin oficio ni beneficio» y un Patxi López «diputado raso», Díaz gobierna en Andalucía y está al frente de la federación más numerosa del PSOE y principal bastión del voto socialista en España. «A Susana sólo le vale ganar», señalan desde su entorno. La posibilidad de que pueda perder se antoja remota para estas fuentes y sería, además, letal para su perfil político de ganadora, para la Junta y para el socialismo en general. Aunque a priori cuenta con el apoyo del poder orgánico, las principales federaciones están con ella, y con el favor de los líderes históricos del partido, quienes votan en las primarias son los afiliados y existe preocupación sobre el nivel de aceptación que está teniendo el discurso subversivo de Sánchez entre las bases. Esto si pierde, pero si gana tampoco se antoja un proceso fácil. Díaz, que pretende compatibilizar su cargo al frente de la Junta con Ferraz, tendrá que pilotar primero su sucesión en el todopoderoso PSOE-A. Y después, si quiere dar la réplica a Mariano Rajoy como líder de la oposición en Madrid, tendrá que convertirse en senadora por designación autonómica. Un cargo que choca con la Presidencia de la Junta, que también tendría que abandonar. Este vacío en el feudo socialista por excelencia hace que cunda la preocupación sobre el futuro del PSOE a largo plazo.

El día después. Y si preocupa el futuro electoral del PSOE, no lo hace menos la situación interna que vivirá el día después de las primarias. La integración de los perdedores en la candidatura vencedora sólo parece posible si se impone Patxi López, pues «con él es sencillo entenderse». Pero si se gana Sánchez o Díaz sus partidarios seguirán alimentando la división que ha hecho que la guerra intestina en el PSOE se haya alargado ya más de cinco años.